Por Miguel Angel Ferrari
miguelferrari@gmail.com
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Entre
el martes 28 y el miércoles 29 de este mes de enero, se realizará
en La Habana, Cuba, la Segunda Cumbre de Jefes de Estado y de
Gobierno de la Comunidad
de Estados Latinoamericanos y Caribeños
(CELAC).
El
día del comienzo de esta cumbre, coincide con el 161º aniversario
del nacimiento del apóstol cubano José Martí. Precisamente uno de
los precursores de la unidad latinoamericana y caribeña.
Considerada
el hecho institucional más importante en América latina y el Caribe
en lo que va de este siglo, la CELAC materializa los sueños de
unidad, justicia y soberanía de nuestros próceres de la Patria
Grande.
Es un
mecanismo que apuesta por un mayor grado de concertación política
frente a los desafíos que impone el actual escenario mundial,
de profunda crisis económica.
Fomenta la paz, la estabilidad y
el derecho de todo Estado a construir su propio sistema político,
libre de amenazas, agresiones y medidas coercitivas unilaterales,
desde una perspectiva coordinada en el concierto de las Naciones
Unidas.
La CELAC
está integrada por 33 países que cubren una superficie territorial
de más de 20 mil millones de kilómetros cuadrados. Con una
población de casi 600 millones de habitantes se confirma como una de
las regiones de mayor riqueza étnico-cultural y de valores
patrimoniales únicos.
Como se
podrá apreciar, no integran este organismo los Estados Unidos y
Canadá. Debemos recordar que el gobierno de Washington durante los
siglos 19 y 20 realizó innumerables intervenciones militares en
nuestra región, propiciaron todo tipo de golpes de Estado,
favoreciendo —con su Doctrina de la Seguridad Nacional— las más
feroces represiones y controlando (y en muchos países lo siguen
haciéndolo) las economías de esta parte del planeta.
Hablando
de la economía, digamos que la suma de los volúmenes económicos de
los países de la CELAC, constituye la tercera potencia a nivel
mundial con más de seis billones de dólares.
En 2012,
el PIB de la región creció en un 3,1 por ciento, superando la media
mundial. Posee la quinta parte de las reservas mundiales de petróleo
y comprende un área de singulares atractivos turísticos a nivel
internacional.
Por su
amplio caudal de riquezas naturales se distingue como el entorno de
mayor diversidad biológica del planeta. Alberga casi la mitad de los
bosques tropicales del mundo, el 23 por ciento de las áreas
forestadas del globo, más del 30 por ciento de toda el agua dulce
disponible y aproximadamente el 40 por ciento del total de recursos
hídricos renovables del planeta.
Una muy
apretada síntesis histórica sobre los orígenes de la CELAC, nos
permite recordar que este organismo regional e intergubernamental
surgió del llamado Grupo de Río, integrado por la Argentina,
Brasil, Colombia, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela.
La
CELAC se creó el 23 de febrero de 2010 en la sesión de la Cumbre de
la Unidad de América Latina y el Caribe, en México. La cumbre
constitutiva de este organismo se llevó a cabo en Venezuela, en
diciembre de 2011. En esta cumbre el presidente venezolano, Hugo
Chávez —ya afectado por la dolencia que lo llevó a la muerte—
jugó el papel determinante en la creación de este organismo
regional.
La
Primera Cumbre se realizó en Santiago de Chile, en enero de 2013,
durante el ejercicio de la presidencia pro
tempore
por parte del país trasandino.
De
este modo, llegamos a esta Segunda Cumbre donde Cuba, el país
anfitrión, entregará la presidencia a Costa Rica.
Durante
el transcurso de la Primera Cumbre, el presidente cubano Raúl Castro
presentó 19 puntos programáticos, entre los cuales se destacan:
- Construir una región latinoamericana y caribeña diversa, pero unida.
- Crear un espacio común de independencia política y control soberano sobre los recursos naturales.
- Crear una CELAC sin arsenales nucleares y convencionales.
- La CELAC trabajará para eliminar la pobreza de 170 millones de sus ciudadanos, 75 millones de ellos son niños, 66 millones de ellos están en la pobreza extrema, y 34 millones son menores.
- La CELAC debe combatir el tráfico ilícito de estupefacientes.
- Obstaculizar y eliminar el control y la dominación de transnacionales sobre recursos energéticos, minerales estratégicos e hídricos.
Que
esta Segunda Cumbre de la CELAC tenga lugar en Cuba tiene un enorme
valor simbólico, tras décadas de agresiones y aislamiento del país
caribeño, provocados durante décadas por los sucesivos gobiernos de
los Estados Unidos.
Que
el Secretario General de la OEA —organismo del que fue expulsada
Cuba por orden de Washington en los años sesenta—, Miguel Insulza,
asista a esta cumbre, se constituye en una verdadera derrota de la
política del imperio en esta parte del mundo.
La
existencia misma de la CELAC expresa el surgimiento y el desarrollo
de un nuevo multilateralismo en América latina y el Caribe.
Esta
nueva situación. Este “cambio de época”, al decir del
presidente ecuatoriano Rafael Correa, se manifiesta en torno a la
CELAC a partir de tres rasgos fundamentales:
- El rescate del principio del pluralismo político y económico.
- La recuperación de un sentido de la solidaridad regional, cuyo momento anterior solo lo podemos encontrar en las luchas por la independencia.
- Y, el surgimiento de una potente alternativa a la concepción “panamericanista” propiciada por los Estados Unidos para la dominación continental, consistente en el proyecto asociativo bolivariano, impulsado fundamentalmente por el comandante Hugo Chávez.
Recordemos
que en la Declaración de Caracas —aprobada en 2011— la CELAC fue
definida como el mecanismo representativo de concertación política,
cooperación e integración de los Estados latinoamericanos y
caribeños, y como un espacio común que garantice la unidad e
integración de nuestra región. Igualmente se estableció como
misión llevar a la realidad el compromiso político de defensa de la
unidad y la integración, la cooperación, la complementariedad y la
solidaridad.
En
el marco de las tareas preparatorias de esta Segunda Cumbre de la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, el viceministro
de Relaciones Exteriores de Cuba, Abelardo Moreno, ha anunciado que
su Gobierno propondrá en la cumbre declarar "zona de paz"
a toda la región.
El “número
dos” de la diplomacia cubana ha explicado que, aunque "desde
hace años la región es una zona libre de armas nucleares",
para su gobierno esto "no es suficiente".
"Creemos
—agregó— que es preciso que los jefes de Estado y de Gobierno de
la región lleguen al acuerdo de que cualquier conflicto se resuelva
por la vía del diálogo, que nunca se llegue al uso de la fuerza".
A lo largo
de estos dos días de sesiones presidenciales plenarias, la CELAC
abordará 26 "comunicados especiales" sobre temas tales
como el rechazo al bloqueo económico que Estados Unidos mantiene
desde hace más de medio siglo sobre Cuba y la reivindicación de la
soberanía de la Argentina sobre las islas Malvinas.
Los organismos de inteligencia
de los Estados Unidos, últimamente repudiados en todo el mundo por
sus actividades de espionaje, y sus representantes vernáculos —como
es el caso de la ONG de origen argentino “Centro para la Apertura y
el Desarrollo de América Latina” (CADAL)— se han dado a la tarea
de montar una especie de cumbre paralela.
Esta
caricatura de una verdadera expresión popular, se verá minimizada
en la madrugada del 28 de enero, día del natalicio de José Martí,
cuando los estudiantes secundarios y universitarios cubanos saldrán
masivamente a la calle a manifestar sus sentimientos patrióticos e
internacionalistas, dando un marco multitudinario a esta Segunda
Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños;
constituida en un gigantesco salto en el camino de la construcción
de la Patria Grande.