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Los
Estados Unidos continúan los bombardeos en el norte de Irak, camiones y
blindados rusos se acercan a la caliente frontera con Ucrania, en La Habana se incorpora el tema
de las víctimas de la violencia a las conversaciones de paz entre el gobierno
colombiano y las FARC, las calles de 90 ciudades estadounidenses desbordan de
manifestantes que repudian el asesinato policial de joven negro Michael Brown…
"Con los Ojos del Sur", columna de opinión emitida en "Hipótesis" el sábado 16 de agosto de 2014.
El mundo
sigue andando. Unas noticias desplazan a otras. Esto es conveniente para el
gobierno del Estado de Israel. Dos mil muertos, millares de heridos, toda Gaza
destruida.
“Aquí no
ha pasado nada”.
Pero en
Hipótesis el genocidio de Gaza sigue siendo motivo de nuestros comentarios. Hay
delitos que no prescriben, tanto para el derecho internacional como para la
tarea de los comunicadores.
Como no
podía ser de otro modo, los judíos fieles a un pensamiento universalista, se
están manifestando abiertamente contra las prácticas totalitarias de los
gobernantes del Estado de Israel.
Michael Kramer, ex
combatiente israelí, que en la actualidad reside en los Estados Unidos y
preside el Capítulo de la Sección 021 de Veteranos
por la Paz , con
asiento en Nueva Jersey, publicó un artículo titulado "El actual
asalto israelí contra la población de Gaza es una fase más de la colonización
sionista y la ocupación de Palestina".
En
este trabajo, Kramer señala: “yo fui miembro de las fuerzas armadas israelíes desde
1972 a
1975 y participé en las ocupaciones ilegales sionistas de Palestina, Egipto y
Siria y la guerra árabe-israelí de 1973. He sido testigo de la firmeza y la
resistencia del pueblo palestino, junto con sus aliados de otras comunidades
árabes.
“Palestina
y Siria siguen siendo ocupadas por unidades de combate y colonos israelíes.
Egipto continúa ocupado por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional
y los más de 690 soldados estadounidenses que forman parte de la Fuerza Multinacional
y Observadores creada por el llamado Tratado de Paz de 1981 entre Egipto e
Israel.
“El
actual asalto israelí contra la población de Gaza es una fase más de la
colonización sionista y la ocupación de Palestina, cuyas raíces se remontan al
siglo XIX.
“Esta
ocupación solo puede ser realizada por un ejército israelí alimentado por el
racismo, que deshumaniza a sus vecinos palestinos.
“Los
activistas antiguerra y reservistas militares israelíes que rechazan la orden y
los objetores de conciencia deben recibir el apoyo y la asistencia de los
activistas por la paz en los Estados Unidos. En tanto que los líderes civiles y
militares de Israel que planearon y llevaron a cabo este genocidio deben ser
enviados a La Haya
y enjuiciados por crímenes de guerra”, finaliza el ex militar israelí.
Durante
décadas —ahora decimos nosotros— hemos condenado a los gobernantes israelíes,
no solo por sus crímenes contra la humanidad, en las personas de los palestinos
que habitan la tierra donde nacieron (que es el mayor de los delitos), sino
también por mancillar el buen nombre de todo el pueblo judío. Por mancillar la
memoria milenaria de los héroes judíos, desde Masada hasta el Ghetto de
Varsovia.
Por
esta razón, es que hoy nos proponemos difundir las opiniones de destacados
judíos, sobre el terrorismo de Estado que está perpetrando en Gaza y en toda
Palestina el gobierno de Israel.
Por su parte, el famoso intelectual israelí Zeev Sternhell, galardonado
con el “Premio Israel”, que entrega el Estado judío, advierte de un posible colapso
de la democracia en este país. Según Sternhell, el tiempo para revertir esta
tendencia se agota.
En el caso de Israel "están presentes los signos de un
régimen fascista", opina este intelectual judío en un reportaje que le
realizara el diario israelí “Haaretz”.
El signo más repugnante es la conformidad total de las
élites israelíes con la política del Gobierno del país, afirma Sternhell.
"La democracia se desmantela cuando la élite intelectual aplaude y apoya a
los matones. Esta guerra muestra una bancarrota moral completa de los
medios de comunicación israelíes", remarca el intelectual.
La gente suele decir que elecciones abiertas, un Parlamento
y diferentes partidos políticos, excluyen el riesgo del fascismo; pero esto es
falso ya que un régimen fascista no estaría en contradicción con estas
instituciones: "Los votos no significan nada, es el respeto diario de los
derechos humanos el que determina a una democracia", advierte Sternhell.
El problema de la posición de Israel ante Palestina es que
"demanda sin conceder": trata de imponer sus exigencias e
intereses al pueblo palestino sin iniciar un diálogo y reconocer la
importancia de la opinión de la otra parte, dice el intelectual israelí. Los
regímenes israelíes en Palestina son, de hecho, una policía colonial que
"gobierna por la fuerza" afirma Sternhell.
No es necesario demandar que Hamás se rinda, hay que planear
una estrategia a largo plazo que comprenda una generosidad hacia Palestina
y los árabes en general, opina Sternhell. "La política de un único
estado llevará a una plena guerra civil o a la expansión de un régimen de
apartheid con ciudadanos normales e inferiores como el que ahora se
mantiene en Cisjordania", declara el intelectual.
Zeev Sternhell expresó también sus opiniones sobre el sionismo:
"El objeto de la ideología sionista fue crear una casa segura para los
judíos. Pero esta casa debería ser digna, un lugar donde nadie reprima a nadie.
Lo que pasa ahora es una pesadilla del sionismo", concluye.
Es lógico que, ante tantos desvaríos por parte de los
criminales que gobiernan el Estado de Israel, se vaya instalando una fuerte
contradicción entre distintos sectores de la sociedad israelí y
fundamentalmente en la comunidad judía mundial.
Frente a las opiniones que hemos mencionado. Opiniones
provenientes de judíos con una formación y una sensibilidad humanista, truenan
las feroces palabras de los judíos sionistas.
Uno de
esos exabruptos fue proferido por el mayor general (retirado) israelí Giora
Eiland, exjefe del Consejo Nacional de Seguridad de Tel Aviv, quien consideró
en un artículo que publicó en el sitio web Ynet
News, perteneciente al periódico Yedioth Ahronoth, que en Gaza no hay civiles
inocentes, “todos allí son tan responsables de la violencia actual como el
movimiento islámico Hamas”.
El alto oficial sionista en retiro comparó a Gaza con la Alemania nazi, porque “la
población de Gaza es responsable de la situación actual, igual que en Alemania
toda la población era culpable del nazismo por haber elegido a Hitler como su
líder y por ello tuvieron que pagar un alto y merecido precio”.
Cuando el militar israelí retirado habla de toda la población, es
indudable que incluye a los niños palestinos. A los “terroristas” recién
nacidos o de escasos años. Le faltaron solamente los lúgubres trenes y las
cámaras de gas.
La ideología nazi-fascista de los sionistas de extrema derecha en
los albores del Estado de Israel, fue advertida en su momento por lúcidos
demócratas judíos, como fue el caso de la no muy conocida “carta al editor” publicada
por The New York Times el 2 de diciembre de 1948.
En esa oportunidad, un grupo de eminentes personalidades judías
radicadas en los Estados Unidos —entre las cuales se destacaba Albert Einstein— alertaba al gobierno y la
opinión pública señalando que “en el recientemente creado Estado de Israel, se
ha formado, con el nombre de Tnuat Hajeirut, un partido político estrechamente
emparentado, por su organización, sus métodos, su filosofía política y su
llamado social, a los partidos nazis y fascistas”.
Esta carta abierta escrita por judíos con inspiración humanista y
profundo sentido de la ética, denunciaba que esta formación política estaba
integrada por miembros y partidarios de la organización terrorista Irgun Zvai
Leumi, más conocida por su acrónimo ETZEL, de extrema derecha nacionalista.
El jefe de aquel partido era Menajem Begin, quien llegaría a ser
primer ministro de Israel, cumpliendo su objetivo de imponer su ideología
totalitaria en la nación judía.
Cerramos
nuestra columna de hoy, reiterando las palabras del intelectual israelí Michael
Sternhell: "Los votos no significan nada, es el respeto diario de los
derechos humanos el que determina a una democracia".