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Cuando nos despedimos el sábado pasado, contábamos que al día siguiente,
domingo 11 de enero, estaríamos cubriendo la manifestación en Paris, convocada por
el gobierno del presidente François Hollande, en repudio a los atentados de
Paris de la semana pasada, que comenzaron el miércoles 7 cuando la redacción del
semanario satírico Charlie Hebdo sufriera un ataque terrorista que dejara como
saldo 12 víctimas entre dibujantes, empleados, colaboradores y visitantes y
policías. Más el asesinato de una policía el miércoles por la noche y la toma
de rehenes del jueves, con el saldo de 4 personas muertas en un supermercado judío.
“Contratapa”,
columna de opinión emitida en "Hipótesis" el sábado 17 de enero de
2015 (primera parte).
Dijimos al despedirnos, que iba a ser muy difícil compartir la calle,
que es de la gente, del pueblo que manifiesta, con quienes iban a encabezar la
marcha, dignatarios de países de la Comunidad , la Merkel , por ejemplo, quien se ocupara en esos
días, de amenazar a Grecia, si el pueblo decidía votar por Syriza, la coalición de izquierda en las
elecciones de la semana próxima.
Además los otros, por ejemplo las principales cabezas, ideólogos del
gobierno sionista, racista y colonialista de Israel, más algunos dictadores africanos
que en sus países asesinan periodistas y que en Paris marcharían por la
libertad de prensa.
En fin, por suerte no tuvimos que compartir el espacio, porque esos
dignatarios, no tenían ni la más remota intención de hacerlo. Con una mise en
scène digna de una notable película mala, llegaron en autos blindados, no de
incógnito (se agradece Serrat, pese a todo), caminaron una cuadra para el mundo
que los mira por tv, para que las cámaras tomaran hasta el infinito y por los
cuatro costados esas “maravillosas” imágenes de los defensores de occidente
contra el eje del mal por la unión en defensa de la paz y de la libertad, para
que el mundo doblegado por la tristeza y el miedo, viera que no había que
temer, que ellos estaban ahí.
Caminaron 20 metros ,
algunos medios generosos dijeron que fueron 300, tres cuadras, poco creíbles, mientras
el millón y medio “del resto” de manifestantes debieron esperar sin poder moverse
durante dos horas a que esta puesta en escena terminase. Y entonces sí, la
policía, desbordada por la impensada afluencia de gente a la Place de la République , levantó los
cortes de calles y la gente empezó a marchar.
Una buena: el muchacho que trabaja
en el hiper Casher desde hace unos 4 años, que salvó la vida de unas 15
personas cuando la toma de rehenes de la Porte de Vincennes, escondiéndolos en la cámara
fría del comercio, originario de Malí, musulmán y sin papeles, Lassana Bathily,
obtendrá la nacionalidad francesa el martes próximo.
Y para terminar esta contra de hoy, le leo el último parrafito de un
artículo muy interesante de Carlos Barragán. Por si le interesa leerlo
completo, vale la pena, fue publicado en la página de información Info News del
domingo pasado, el 11 de enero con el título: La risa de Europa. Escuche.
“No hay manera de justificar ni de comprender la intolerancia fascista,
la crueldad, la locura asesina de salir a matar a un tipo que hace un dibujo.
Porque es cierto que abstenerse de ser un asesino es una posibilidad al alcance
de cualquiera. Y no se trata de gente que no tiene sentido del humor como dijo
un famoso periodista argentino con una imbecilidad ilimitada. Se trata de una
escalada de violencia que busca más violencia, y que seguramente la va a
conseguir dado que cada quien reaccionó como los terroristas –islamistas y
capitalistas– lo necesitan”. Carlos Barragan