EL IMPERIO EXPORTA VIOLENCIA Y DESTRUCCION

Por Miguel Angel Ferrari
miguelferrari@gmail.com


El 6 de agosto de 2013 un policía de Miami le disparó con una pistola Taser a un joven colombiano de 18 años por pintar un grafiti. El disparo le causó la muerte. 
La familia del muchacho fallecido por el disparo con la pistola eléctrica acusó a la Policía de hacer uso excesivo de la fuerza para detenerlo, dos testigos y amigos de Israel Hernández-Llach —este es el nombre de la víctima— señalaron al diario The Miami Herald que habían visto a los policías "riéndose, dándose palmadas y felicitándose", mientras el joven yacía en el suelo.

AUDIO: http://www.goear.com/listen/007c196/150321-ojos-del-sur-

“Con los Ojos del Sur”, columna de opinión emitida en “Hipótesis” el sábado 21 de marzo de 2015.
Según la policía, Hernández-Llach echó a correr y se inició una persecución que acabó con el muchacho tendido en el suelo por un disparo con Taser. El joven fue trasladado al hospital Mont Sinai, donde intentaron reanimarlo inútilmente.

"Este es uno de una larga y trágica serie de incidentes en los que la Policía de Miami Beach parece haber hecho un uso excesivo, desproporcionado y letal de la fuerza. Hay muchas preguntas que necesitan respuesta y no hay suficiente justificación para el uso del Taser en este caso", destacó Howard Simon, director ejecutivo de la organización en defensa de las libertades civiles.

“El Tribunal Superior de la ciudad de Buenos Aires puso fin a una polémica de cinco años y habilitó esta semana el uso de las pistolas eléctricas Taser. Ese armamento formaba parte de la compra inicial en la formación de la Policía Metropolitana y su incorporación a la dotación de la fuerza había sido bloqueada por fallos judiciales, en medio de una fuerte controversia pública por su presunta utilidad como eventual instrumento de tortura”, publicaba textualmente el diario La Nación el pasado jueves 19.

Por su parte, el presidente del Superior Tribunal de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, Luis Lozano, afirmó que ese cuerpo jurídico “no autorizó” al gobierno porteño el uso de las pistolas Taser sino que permitió la compra y aclaró que el Tribunal “no puede presumir que el gobierno porteño se va a comportar ilegítimamente”.

“No es que estamos autorizando, estamos diciendo que no podemos anular una compra. Lo único que nosotros analizamos es si se podía impedir una licitación (de las armas Taser) por ilegítima”, destacó el juez en declaraciones a radio Mitre.

Precisó además que “en principio la compra no es inconstitucional, pero si hay uso van a tener que someterlo a protocolo, porque de lo contrario puede haber una afectación de los derechos humanos”.
“Yo no puedo —dijo— presumir como Tribunal que el gobierno se va a comportar ilegítimamente”, concluyó el magistrado.

Es evidente que en los últimos tiempos la “Justicia” está fallando, pero en el sentido coloquial de la palabra.

El Superior Tribunal de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, permite la compra de un instrumento de tortura, pero no puede presumir si ese instrumento de tortura va a ser utilizado “ilegítimamente”.

Todo esto sería absurdo, si no fuera que ya en algunos países —como es el caso del Estado de Israel— se ha legalizado el uso de la tortura, en violación flagrante de las convenciones internacionales.

El Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas dictaminó que la aplicación de este tipo de arma contra las personas constituye una forma de tortura, ya que dichas pistolas eléctricas provocan un dolor extremo y en algunos casos pueden causar la muerte

En la Argentina, en marzo de 2010, la jueza en lo contencioso administrativo y tributario N° 9 Andrea Danas prohibió la utilización de armas eléctricas e hizo lugar a un recurso de amparo del Observatorio de Derechos Humanos que había calificado a las pistolas Taser como elementos de tortura. Esta determinación paralizó la decisión del gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de pertrechar a la Policía Metropolitana con dichos elementos de tortura; situación que ahora revierte el Superior Tribunal de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires.

Pero, ¿qué es esto de las pistolas eléctricas?

Los dispositivos Taser X26 no son armas de fuego, ya que utilizan un sistema de propulsión de nitrógeno comprimido para transmitir pulsos eléctricos administrando una descarga de 50 mil voltios que deja al individuo incapacitado en forma inmediata. El X26 utiliza dos dardos conductores lanzados a una distancia de hasta 11 metros y transmite una señal eléctrica que ataca al sistema nervioso periférico, afectando la movilidad y el equilibrio.

Taser International Inc., radicada en Arizona, Estados Unidos —fabricante del arma en cuestión—  admite que los dardos pueden atravesar varias capas de ropa así como también penetrar hasta una pulgada dentro de la piel, provocando heridas, si la persona está con el torso desnudo o se apunta a una parte descubierta del cuerpo a poca distancia. La descarga se activa con el pulsador ubicado en el gatillo y opera en ciclos de unos pocos segundos cada uno, para no realizar una descarga continua.

Los mismos fabricantes reconocen que existen riesgos y recomiendan, por ejemplo, no disparar al tórax para evitar fallas cardíacas. Estos disparos pueden producir desmayos y caídas, provocadas por el colapso en el sistema nervioso periférico que controla la movilidad. También pueden originar heridas y efectos no deseados. Si el arma se dispara apuntando a la cabeza podría causar epilepsia. Stress y dolor acompañado de temblores, pánico y miedo previo y posterior son otros efectos probables cuando se utilizan las Taser. Efectos psicológicos y cambios en el metabolismo también son descriptos en la guía que suministra la empresa productora. El manual confiesa que someter a una persona a 15 segundos de descargas equivale al mismo efecto físico que haber sido estrangulado o haberse trabado en lucha. Estos efectos psicológicos y metabólicos “aumentan el riesgo de morir o de padecer un daño severo”, afirma la compañía.

Amnistía Internacional denuncia que en los Estados Unidos, desde 2001, ya se han provocado 864 muertes por la utilización de las pistolas Taser por parte de las fuerzas policiales.

Las pistolas eléctricas son particularmente peligrosas para las personas que sufren de enfermedades cardíacas o que están en un estado emocional alterado. Además, en individuos predispuestos, las múltiples descargas pueden dañar el corazón y el sistema respiratorio.

Como estas armas son consideradas —por las autoridades de los países donde se las han aprobado como no letales— su utilización por parte de las fuerzas policiales es frecuente e indiscriminada. Ello, obviamente, aumenta los riesgos de muerte o de lesiones permanentes.

Estas pistolas Taser —verdaderas picanas eléctricas— son una perversión más del capitalismo en tu etapa terrorista.

Si esto es parte de lo nuevo que propone el macrismo… ¿qué nos depararía en el supuesto caso —esperemos fervientemente que no se produzca— de que ganara las elecciones?

Por lo pronto tenemos el “hurra orgásmico” de Domingo Cavallo al festejar la promesa del jefe de gobierno porteño de eliminar los controles en el mercado cambiario.

El respaldo al Pro por parte de las empresas transnacionales y de grandes empresas nacionales, muchas de ellas vinculadas a la dictadura genocida cívico-militar, se entrelaza con los apoyos internacionales particularmente provenientes de la organización falangista española FAES (Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales), presidida por el cómplice del genocidio estadounidense en Irak, el ex presidente del Gobierno español José María Aznar, y diversas entidades estadounidenses, muchas de ellas vinculadas a los fondos buitre.

En estos momentos de ofensiva continental del terrorismo neoliberal, contra los pueblos y gobiernos que eligieron el camino de la emancipación, particularmente el ataque del presidente Barack Obama contra Venezuela, es bueno recordar aquellas palabras del Libertador Simón Bolívar… “Estados Unidos parece destinado por la providencia a plagar la América de miseria en nombre de la libertad”.