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Mañana —domingo 24 de mayo— se realizarán
elecciones en España. Se trata de comicios municipales y autonómicos con 36
millones de ciudadanos inscriptos para votar.
Con la excepción de las regiones de
Galicia, el País Vasco, Cataluña y Andalucía, las restantes 13 regiones
autónomas concurrirán a las urnas. También lo harán en más de ocho mil
municipios y 3.500 localidades menores.
“Con los Ojos
del Sur”, columna de opinión emitida el sábado 23 de mayo de 2015.
Como es de imaginar, en medio de la
profunda crisis socio-económica por la que atraviesa España, estas elecciones
trascienden largamente los marcos regionales y municipales; constituyéndose en
plebiscitarias respecto a las políticas de austeridad impuestas por el
derechista Partido Popular en el gobierno.
Si bien —a nivel macroeconómico— el pasado
año 2014 registró un incremento del 1,4 por ciento del Producto Interno Bruto,
las cifras de desocupación y pobreza muestran crudamente que para la inmensa
mayoría de la población española ese incremento no se ve reflejado en su
deteriorado nivel de vida.
¿Cuánta gente hay
en España que no puede conectar la calefacción; disfrutar de una semana de
vacaciones; comer carne o pescado tres veces por semana; ni puede pagar gastos
imprevistos?
Según la Red Europea de Lucha
contra la Pobreza ,
en 2013 había en España cerca de 13 millones de personas pobres (comprendidas
en esas privaciones), algo más del 27 por ciento de la población. En tanto que
—desde 2009— la cantidad de pobres ha aumentado más de 2,5 puntos porcentuales,
por las políticas de ajuste impuestas por la troika; esto es, el Fondo
Monetario Internacional, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo.
A este respecto
es necesario decir que incluso en los años de crecimiento económico, las tasas
de pobreza no solo que no se redujeron, sino que aumentaron.
¿Por qué si
aumenta el crecimiento económico no disminuye la desocupación y la pobreza?
Por la sencilla
razón que a las clases dominantes lo que más le preocupa es aumentar la tasa de
ganancia, aún a riesgo de posibles estallidos sociales o de elecciones que
arrojen resultados comprometedores para sus políticas.
Si, en el caso
que nos ocupa, le añadimos —además— que el capitalismo español es corrupto, un
capitalismo de amigotes fruto de cuatro décadas de funesta dictadura, se
explica mejor por qué en España avanza la desigualdad a mayor velocidad que en la
mayoría de los países del resto de Europa.
Es, precisamente,
en este marco en que mañana se realizarán las elecciones regionales y
municipales.
Estos comicios
vienen precedidos por las elecciones al Parlamento Europeo y las relativamente
recientes elecciones autonómicas de Andalucía, que alumbraron el surgimiento de
dos fuerzas político-partidarias que pusieron en cuestión el bipartidismo que
emergió en 1977 luego de los pactos de la Moncloa (que fueron dos).
“Podemos” y
“Ciudadanos”, son estas dos fuerzas que a nivel nacional disputarán mañana con
el gobernante Partido Popular y el socialdemócrata Partido Socialista Obrero
Español (que de socialista y obrero tiene bastante poco).
“Podemos”, más
conocida internacionalmente, es el resultado de aquellas multitudinarias
concentraciones de indignados, que hace cuatro años ocuparon todas las plazas
españolas, cuestionando las políticas neoliberales del gobierno “socialista” de
José Luis Rodríguez Zapatero, profundizadas luego por el actual jefe de
Gobierno, el derechista Mariano Rajoy.
Esta entidad
política tuvo un muy buen despeño en las mencionadas elecciones al Parlamento
Europeo y también en las autonómicas de Andalucía, ganadas por el PSOE.
Su programa que
es contrario al salvaje ajuste impuesto por la Troika , se ha ido moderando
en relación inversamente proporcional a las posibilidades de acceder a
importantes peldaños de gobierno. Esta tendencia, en los últimos días, se cobró
la renuncia del número tres del partido, Juan Carlos Monedero, quien se alejó
de la conducción de Podemos, aunque permanecerá como afiliado. Ayer Monedero
estuvo presente en el acto de cierre de campaña en Madrid.
La
dimisión de Monedero se produjo después de que en una entrevista, haya
lamentado que “Podemos” se parezca a veces a aquellos a quienes pretendía
sustituir, y haya reivindicado la necesidad de volver a los orígenes y raíces
del partido. En tanto Pablo Iglesias, el líder de esta formación, relativizó el
impacto aceptándola de manera amistosa.
La
otra organización emergente es —como decíamos— “Ciudadanos” o, para ser más
precisos el Partido de la
Ciudadanía.
Con
cierta frecuencia, se suele identificar a este partido con “Podemos”, quizás
porque irrumpieron relativamente juntos en el escenario político español.
Pero
debemos concluir que sus diferencias son abismales. “Ciudadanos” —surgido en
Cataluña y luego extendido a toda España— se caracteriza por su rechazo al nacionalismo
catalán y a todos los nacionalismos peninsulares.
En el argot
popular a “Ciudadanos” se lo denomina como "el partido del Ibex 35"
(nombre del índice de la Bolsa
de Madrid).
El
establishment español —más preocupado por defender sus privilegios que por las
formas— está operando a favor de esta agrupación, allí donde los partidos
tradicionales no tienen las mejores posibilidades electorales.
No habría que
descartar que, luego de las elecciones, haya componendas entre el Partido
Popular o el PSOE y “Ciudadanos” para formar gobiernos regionales.
También podría
haber acuerdos entre “Podemos” y el PSOE, con igual propósito. Aunque en este
caso se descartan las posibilidades de acuerdos con el Partido Popular.
En cuanto a los
pronósticos, todo indica que no se asistirá a una catástrofe total del
bipartidismo. De todos modos, su desempeño estará recortado por la presencia de
estos dos partidos no tradicionales.
Una posible excepción son las
elecciones municipales en Barcelona. La coalición denominada “Barcelona en Comú”,
con la participación de “Podemos”, “Iniciativa por Cataluña Verde”, “Izquieda
Unida y Alternativa” y otras fuerzas, podría emerger como la lista más votada.
Esto sería —en gran parte— debido a la
popularidad de su candidata a la alcaldía, Ada Colau, ex portavoz de la Plataforma de Víctimas
de Hipotecas.
Si “Barcelona en Comú”, la CUP (Candidatura de Unidad
Popular) y la Izquierda Republicana
de Cataluña, consiguiesen sumar una mayoría de concejales, el Ayuntamiento de
Barcelona podría tener a partir del 24 de mayo la administración más de
izquierda en el Reino de España. Lo que tendría repercusiones mucho más allá de
Barcelona y mucho más allá de Cataluña.