EL CONGRESO DE LOS PUEBLOS LIBRES (Parte I)

Por Luis Saavedra
elidaluis@gmail.com

Mediante el decreto 28/2015 firmado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y por el entonces  jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, el Gobierno nacional declaró a 2015 como   el “Año del Bicentenario del Congreso de los Pueblos Libres”.

Audio: http://www.4shared.com/mp3/qMGDIj5dba/150620_-_MOMENTOS_DE_MEMORIA.html

“Momentos de Memoria” columna emitida en “Hipótesis” el sábado 20 de junio de 2015.


La medida, publicada el 12 de enero en el Boletín Oficial, explica entre sus considerandos “que el denominado Congreso de los Pueblos Libres también conocido como Congreso de Oriente, Congreso Oriental o Congreso del Arroyo de la China, reunido a partir del 29 de junio de 1815 en la ciudad de Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos, constituyó un acontecimiento de gran importancia histórica, siendo considerado como la Primera Declaración de Independencia del Río de la Plata”.
Señala que “en dicho Congreso, convocado por Don José Gervasio Artigas, participaron representantes de las Provincias de Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Misiones y Corrientes y de la Banda Oriental (las cuales conformaban la “Liga de los Pueblos Libres”) y se trataron diversos asuntos tales como la organización política; el comercio interprovincial y con el extranjero; la política agraria, así como también la protección de la producción y del consumo interno”.
El Decreto indica además que,  entre otras medidas, “el Congreso llevado a cabo en la localidad entonces llamada Villa del Arroyo de la China (actual ciudad de Concepción del Uruguay) resolvió proclamar la Independencia respecto de todo poder extranjero, la reforma de los reglamentos de tierras y de aranceles y la organización institucional federal”.

Por otro lado, el Decreto destaca que “el Congreso de 1815 no tuvo un objetivo separatista del resto de las provincias, representando un importante antecedente de la Declaración de Independencia llevada a cabo en Tucumán el 9 de Julio de 1816; reafirmando las bases para la organización republicana y federal de nuestro territorio”.
Hasta aquí hemos citado textualmente párrafos de los fundamentos del decreto.
Cabe agregar, antes de comenzar a desarrollar las circunstancias que rodearon a este Congreso, casi totalmente desconocido para la historia oficial de origen mitrista, es que efectivamente no hubo de parte de los Pueblos Libres intención separatista, a tal punto que se invitó a Buenos Aires a participar, según detallaremos más adelante.
El problema, que la historia oficial trata de esconder,  es que para la fecha en que se celebró el Congreso estaba  en curso una guerra civil intermitente entre Buenos Aires, cuyos dirigentes pretendían ser los herederos del Virreynato, de un lado y las provincias litorales, que se habían constituido como Pueblos Libres, bajo el protectorado del caudillo oriental José Gervasio de Artigas, del  otro.
Artigas era  un oficial del cuerpo de Blandengues, las milicias rurales de la Banda Oriental. Con ellos venció en la batalla de Las Piedras, en 1811 y comenzó el sitio de Montevideo, en donde se  había atrincherado el Virrey D’Elío, que pretendía ser el verdadero representante de Fernando VII en el Río de la Plata.
Vale aquí recordar que la Primera Junta no declaró la independencia, sino que mediante una argucia política tomó el poder en nombre del Rey Fernando VII, prisionero de los franceses, que guerreaban en España para subordinarla al emperador Napoleón Bonaparte.
Esa situación ambigua generó fuertes conflictos internos, que se fueron saldando a favor de los sectores más conservadores. Mariano Moreno, que en su Plan de Operaciones planeaba la independencia, el reparto de tierras y otras medidas radicales, se vio obligado a renunciar.
Su hermano Manuel ha reunido datos que dan por cierto el hecho que, enviado en misión diplomática a Inglaterra, fue envenenado por agentes de sus enemigos porteños y sepultado en el mar.
Juan José Castelli, que lanzó en Tiahuanaco una proclama a favor del reparto de tierras a los indígenas, fue traicionado por sus oficiales, perdió la batalla de Huaqui y por tal motivo fue llamado a Buenos Aires y sometido a juicio como responsable de la derrota. Murió en la cárcel, de cáncer a la lengua, sin que el tribunal se hubiera expedido sobre su situación.
Belgrano se vio obligado a desobedecer las órdenes de Buenos Aires para mantener la bandera que había creado en nuestra ciudad y para frenar a los realistas, que avanzaban victoriosos, en la Batalla de Tucumán.
El gobierno de entonces, el Primer Triunvirato, ´que hegemonizaba su Secretario, Bernardino Rivadavia, le había ordenado retroceder hasta Córdoba.
Rivadavia era muy afecto a ceder tierras, achicar el país para dominarlo. Así, los triunviros firmaron una tregua con el Virrey D’Elío, dejándole todo el territorio de la Banda Oriental del Uruguay.
Los orientales se negaron a aceptar la traición, nombraron su jefe a Artigas y se retiraron hacia el río Uruguay, hecho conocido como el éxodo oriental.
En el interín, la Logia Lautaro, estaba operando en Buenos Aires contra las medidas reaccionarias del Triunvirato. Recordemos que esta logia se organizó en Europa, como parte de la Gran Reunión Americana, impulsada por el patriota venezolano Francisco de Miranda.  En ella estuvieron hombres como Simón Bolívar, el chileno Bernardo O’Higgins y los argentinos José de San Martín y Carlos María de Alvear.
Estos últimos llegaron a Buenos Aires a comienzos de 1812 y fundaron una filial de la Logia, a la que inmediatamente se unió la Sociedad Patriótica, que había sido fundada por Moreno y que estaba integrada por patriotas como Bernardo de Monteagudo y Nicolás Rodríguez Peña.
El 8 octubre un golpe de la Logia Lautaro, encabezado por San Martín con los recién formados granaderos, derroca a los Triunviros y da paso al Segundo Triunvirato, con la expresa misión de convocar a una Asamblea General Constituyente, que definiera temas como la declaración efectiva de la independencia y la organización del país.
Cuando el Segundo Triunvirato convocó a la Asamblea del año XIII; el pueblo oriental fue convocado por Artigas en el Congreso de Tres Cruces, donde fueron elegidos los representantes de la Banda Oriental.
Al enviarlos a Buenos Aires, el Congreso oriental les dio claras instrucciones de reclamar la independencia absoluta de España, organizar el estado en la forma federal, haciendo que los gobernadores fueran electos por cada provincia, separar los tres poderes del estado, establecer formalmente la Provincia Oriental y fijar la capital fuera de la ciudad de Buenos Aires.
La hipótesis que sostenía Artigas era que todos los pueblos tenían los mismos derechos y la capital era sólo la residencia de las autoridades elegidas por las provincias. Esto es, que la Revolución no era un mero cambio de amos, en que los pueblos hubieran pasado de ser súbditos de los españoles a súbditos de los porteños.
La Asamblea, que ya había comenzado a sesionar, estaba dominada por la Logia Lautaro, pero por la fracción dirigida por Alvear, que se había distanciado de San Martín.
La fracción mayoritaria de los diputados que se nuclearon en torno a Alvear, quería concentrar el poder en torno a Buenos Aires y mantener la máscara de Fernando VII, ya que la situación internacional se había vuelto desfavorable en Europa con la desastrosa campaña de Napoleón en Rusia y en América con la recuperación por parte de los realistas de Chile, Venezuela y México.
La fracción que conducían San Martín y Monteagudo era decididamente partidaría de la independencia, recordemos como San Martín insistiría en este punto cuando posteriormente se reuniera el Congreso de Tucumán.
Con excusas poco convincentes, los dirigentes de la Asamblea rechazaron a los diputados orientales y ordenaron realizar nuevas elecciones. Rondeau organizó el Congreso de la Capilla de Maciel, que ignoró la autoridad de Artigas, se sometió a la voluntad del general Rondeau y eligió diputados adictos.
En respuesta a estos hechos, Artigas consolidó sus relaciones en el interior de la Banda Oriental y en Entre Ríos y Corrientes y se preparó para el enfrentamiento abierto.
El 11 de febrero de 1814 el nuevo director supremo Posadas declaró a Artigas infame, privado de sus empleos, fuera de la ley y enemigo de la patria, al tiempo que prometía 6000 pesos a quien lo entregara vivo o muerto.
A partir de ese momento, se suceden una compleja serie de movimientos, batallas, treguas, negociación y nuevas batallas y nueva negociaciones.
Nuestra provincia, Santa Fe, fue el suelo donde se libraron la mayoría de los combates. Seis veces la invadieron las tropas porteñas, durante el período del Directorio, la autoridad unipersonal que había surgido de la Asamblea en 1813.
Por la epoca en que San Martin, harto de reclamar mayor apoyo de Buenos Aires y negandose a usar sus tropas contra los federales, cruzó los andes para liberar chile con 5.400 soldados, el Directorio lanzó hasta 5.000 hombres para tomar la ciudad de santa fe.
En una de sus retiradas, Balcarce incendio Rosario, por entonces una pequeña población de un par de miles de habitantes.
En proximas notas profundizaremos el tema de estas injustas guerras y sus consecuencias. Por ahora baste sintetizar que al tiempo del Congreso de Arroyo de la China los pueblos libres, bajo el protectorado de Artigas eran seis: la bANDA ORIENTAL, Entre Rios, Corrientes, Misiones, Santa Fe y, parcialmente Cordoba.

Y ellos declararon por primera vez la independencia del Rio de la Plata, hicieron elecciones libres y para todo el pueblo, sin discriminaciones de clase. Y luego repartieron tierras, que era lo que mas les dolió a los porteños.