EN FRANCIA SE ROBARON EL PRIMERO DE MAYO

Paris. Movilización del 1° de Mayo Ph. ES
Por Ester Stekelberg
stekelberg@gmail.com
"Contratapa", columna de opinión emitida en "Hipótesis" el sábado 05 de mayo de 2018.


Por más que quieran, que lo metan a presión, que busquen las coincidencias, no lo van a lograr. Mayo de 2018 está a 50 años… ¡luz!… de Mayo del 68. 

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Ya pudimos leerlo por ahí: “Queda lejos aquel mayo, queda lejos Saint Denis. Qué lejos que queda Sartre, muy lejos aquel Paris”

Y aunque no es –este-- el tema específico de la contra de hoy, hay que aclararlo para que no queden dudas, porque en cierta manera, se reflejó claramente en este 1° de Mayo de la capital francesa, donde se robaron la clásica, enorme, ruidosa, concienzuda, manifestación en la que se dan cita todas y todos aquellos que luchan por un mundo justo.

En efecto, trabajadores, desocupados, los sin papeles, las colectividades internacionales (los latinoamericanos desfilaron, todas las banderas unidas. Con las consignas: “No a la guerra imperialista, si a la paz en América latina y en el mundo, contra la judicialización y mediatización de la política, esa nueva forma de golpe de estado, por la libertad de Lula, entre muchas otras reivindicaciones por las que se lucha en nuestra Patria Grande), decíamos, migrantes, mujeres y hombres que rinden honor a aquellos mártires de Chicago que dejaron sus vidas luchando por sus derechos, no pudo llegar a destino. Los analfabetos políticos se robaron el 1° de mayo. O como titulara una de las editoriales de Mediapart: “En Paris saquearon el desfile del 1° de Mayo”

Porque este Día Internacional de los Trabajadores, como dijo nuestro Ferrari de cabecera: “día de lucha por la emancipación social”, el homenaje a los mártires de Chicago venía inscripto en la lucha de los ferroviarios, peleando por defender los derechos que pretenden a cualquier precio avasallar desde el gobierno neoliberal de Emmanuel Macron, en nombre de una cierta “reforma/modernización”, que sabemos perfectamente a dónde conduce. (Paréntesis para decir que a un año de mandato, el presidente Emmanuel Macron ha perdido un porcentaje de la aceptación de sus votantes de mayo de 2017. Según una encuesta publicada ayer viernes por el diario Le Figaro y la radio de información France Info, un 72% de personas consultadas, perciben a Macron como un “presidente para ricos”, ¿le suena?, cifra que va en aumento, ya que en abril pasado, era un 65% de consultados, quienes tenían esa percepción)

Venía inscripto en la lucha  de los estudiantes universitarios tomando las facultades contra la reforma al ingreso (hasta ahora por sorteo), una selección impuesta por la ley firmada por el gobierno neoliberal de Emmanuel Macron, por la que cada establecimiento educativo fijará los requisitos cualitativos para filtrar el ingreso.

De los trabajadores de la salud, de los sin papeles, de las mujeres, de los trabajadores de la línea de bandera Air France (en fin, de semi bandera hoy Air France-KLM y demás holdings). Tal como lo escribiera Sophie Mangon, usuaria de transportes públicos, en una carta abierta publicada en el diario L’Humanité: “no va a ser sacándoles los derechos a los trabajadores (y hablaba específicamente del conflicto ferroviario) que voy a ganar más, que voy a viajar mejor o que voy a estar menos cansada, que los trenes funcionarán mejor o que tendré un trabajo más cerca de mi hogar. La degradación de los servicios públicos no es responsabilidad de los trabajadores sino de las decisiones tomadas por los sucesivos gobiernos. No acepto que los trabajadores sean los chivos expiatorios de nuestros problemas cotidianos. Y en lugar de atacarlos, veamos sobre todo cuales fueron nuestras elecciones políticas, esas que nos llevaron a la situación que estamos viviendo” (¡cuánta lucidez!, decimos)

La manifestación del 1° de mayo no pudo llegar a destino. Y ese fue el tema por antonomasia las horas que siguieron a los disturbios. Los días anteriores ya se hablaba de lo que iba a pasar, de los black blocs, de los rompe manifestaciones, de los infiltrados, de las molotov, de los encapuchados de negro, de todo eso que provoca una cierta aprensión y que hace que miles se interroguen si vale la pena exponerse a los gases lacrimógenos, a los “palitos de abollar ideologías”, a la violencia. Y pasó. La pregunta que más de uno se hace es: ¿hubo voluntad de que las cosas degenerasen? El colega Jean Ortiz lo expresa en el artículo con título más que sugestivo: “Los rompedores ¿están en el Ministerio del Interior?”. Ortiz dice: “¿cómo puede ser que las fuerzas del orden dejaran juntarse 1200 personas encapuchadas, con cascos, bien equipadas, con mochilas, sin intervenir?” Y continúa: “Así el poder logra su objetivo de desacreditar lo esencial del mensaje del 1° de mayo de 2018, la manifestación parisina fue poderosa, numerosa, joven, creativa, diversa, pacífica y sobre todo muy crítica del macronismo y eso es lo esencial” Finaliza el periodista con una frase contundente: “entre los 1200 encapuchados, había muchos “casseurs” (rompedores), también había jóvenes cooptados por la cólera. Los anarquistas, dice Jean Ortiz, yo los conozco bien, hablan y actúan a cara descubierta. ¿Quiénes son, entonces, esos rompedores encapuchados? ¿Quienes los manipulan?”

Queremos terminar la contra de hoy con un poema escrito por Mordejai Guebirtig, muerto en el ghetto de Cracovia el 4 de junio de 1942. Era carpintero en su ciudad natal. Era un trovador popular. Su poema tiene absoluta vigencia. Nos da piel de gallina. Nos enciende la sangre. Escuche.

MARCHA DE LOS SIN TRABAJO

Un, dos, tres cuatro,
marchamos, sin trabajo,
ninguno se acuerda ya,
de cómo suena la herramienta
mientras las máquinas, sin vida,
en la fábrica se oxidan.
Y nosotros a pasear,
como ricos: sin laburar
Un, dos, tres cuatro,
marchamos, sin trabajo,
sin ropa y sin hogar,
no nos da para el alquiler
y el que puede hincar el diente
tiene que compartirlo con veinte
Un, dos, tres, cuatro,
marchamos, sin trabajo,
años dejándonos la piel
trabajando más y más
en tierras, casas, factorías
en beneficio de una minoría
¿todo esto a cambio de qué?
Hambre y paro y nada más.
Un, dos, tres, cuatro,
marchamos así, al compás,
paso a paso y al son
cantando nuestra canción
de una nueva sociedad,
donde paro ya no hay más
con justicia e igualdad
un país en libertad.

Mordejai Guebirtig