Norma Vermeulen, Madre de la Plaza 25 de Mayo |
Por Ester Stekelberg
stekelberg@gmail.com
Vaya uno a saber porqué, apenas supe la noticia, pensé
en el tema de Bob Dylan, ese clasiquísimo Soplando en el viento (Blowin in the
wind) que empieza diciendo “Cuantos caminos una persona debe caminar…”
Ella caminó y caminó y caminó, por la vida, por la
verdad y la justicia, por ella y por todas. Caminó hasta la última fuerza, la
última sonrisa, la última ronda.
Hace una semana, sábado por la noche casi madrugada de
domingo, nos enteramos de la muerte de una Madre, la muerte de nuestra Madre de
Plaza 25 de Mayo, Norma Vermeulen. Y un escalofrío nos corrió por la espalda,
como cada vez y la tristeza se instaló así como nos pasa. Una tristeza densa. La
que nos da cada vez que una de esta queridísimas viejas luchadoras, fuertes
como robles, enteras e íntegras, incansables, llenas de ternura y de Memoria, se
nos va.
Osvaldo Vermeulen, tenía 23 años y una hijita en 1977,
cuando fue secuestrado por la patota Feced y desaparecido.
Norma Vermeulen integró primero la Asociación de
Familiares de Detenidos y Desaparecidos por razones políticas y desde 1988
hasta siempre, es Madre de Plaza 25 de Mayo de Rosario. 40 años por la Verdad,
la Memoria y la Justicia.
En una entrevista que le realizara en 2017 Juane Basso
para Redacción Rosario, Norma contesta a una pregunta del periodista y dice: “Votar sí, yo siempre dije que mientras pueda
y mi cabeza me responda, voy a votar, tenga los años que tenga, me siento dueña dentro del cuarto oscuro,
siempre dije eso y sigo votando” ¡Cuánta
claridad!, decimos.
Cada Madre que parte es una cierta forma más de desamparo.
¡Hasta la Victoria Siempre Norma!