“… PEOR ES EL CRIOLLO QUE NOS VENDE” (ARTURO JAURETCHE)

Christine Lagarde
Por Ester Stekelberg
stekelberg@gmail.com
"Contratapa", columna de opinión emitida en "Hipótesis" el sábado 12 de mayo de 2018.


Para entender  porqué Christine Lagarde, Directora General del Fondo Monetario Internacional y ex ministra de Economía y Finanzas de Francia, tiene cuentas a saldar con la justicia y pese a todo, sigue conduciendo los destinos de las economías del mundo...

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... vamos a remontarnos rápidamente a unos 25 años atrás, allá por 1992, cuando Bernard Tapie, poderoso empresario francés, dueño de Adidas, la de las tres tiras, decide emprender una carrera política.

El primer ministro del entonces presidente François Mitterrand, Pierre Bérégovoy, solicita al empresario, por una cuestión, digámosle, de transparencia, que opte (o la política o los negocios), y que se deshaga de la mayor parte de sus empresas, entre ellas Adidas, comprada dos años antes y que entre paréntesis no andaba nada bien. Tapie, según el diario Libération, encarga la venta a su banco, el Crédit Lyonnais. Años después, Tapie ¡oh!, se da cuenta que su propio banco lo engañó, ya que utilizando sociedades offshore, el Crédit Lyonnais vuelve a poner en pie la marca, antes de venderla al magnate Robert-Louis Dreyfus, no sin antes hacerse de un pequeño vuelto.

En efecto, en el camino, el Credit Lyonnais se hace de la friolera de un millón de francos. El escándalo, explota. En el medio el Crédit Lyonnais es salvado “in extremis” de la quiebra por el estado a través de un consorcio, creado especialmente. Bernard Tapie deberá enfrentarse, entonces, a este “consorcio de realizaciones”

En 2007, el ex empresario, ya político confirmado, es una pieza fundamental en la campaña que llevará al candidato Nicolás Sarkozy a la presidencia de la república francesa.

Y aquí aparece ella.

En octubre de 2007, Christine Lagarde, abogada especialista en derecho laboral, ¡nada menos!, y como si esto fuera poco, también especialista en fusiones y adquisiciones empresariales, es nombrada ministra de economía y finanzas del gobierno de Nicolás Sarkozy.

Ya en su cargo, la ministra decide que el conflicto entre el Consorcio de Realizaciones y Bernard Tapie tiene que llegar a un acuerdo, peeerooooooo, fíjese que curioso, no a través de la justicia ordinaria, como venía siendo hasta el momento, sino a través de un arbitraje privado… (paréntesis para decir que cuando ella misma comparecerá ante la justicia acusada de malversación de fondos públicos, dirá que tomó la decisión para ponerle fin a un proceso largo y costoso)

El arbitraje designado presenta su veredicto en julio de 2008. No sólo que otorga la razón a Bernard Tapie, sino que ordena al Consorcio pagar 400 millones de euros de los cuales 45 corresponden a daños y perjuicios.

La oposición (socialistas y otros) escandalizada, hace una presentación ante la Cámara de Casación penal, con un informe demoledor contra Christine Lagarde. El 4 de agosto de 2011, la Corte inicia una investigación que apunta a la ex ministra por presunta complicidad y malversación y desviación de fondos públicos. En el proceso se la acusa no sólo de haber recurrido a un arbitraje privado, siendo que estaban en juego dineros públicos, sino además, de haber recurrido a jueces de quienes se conocía su parcialidad, sin haber recusado dicho arbitraje.
    
El proceso continúa aún después de su nombramiento como directora general del Fondo Monetario Internacional.

En todos estos años, Lagarde comparece en numerosas ocasiones frente a la justicia, mientras que el organismo financiero internacional, le ha dado su voto de confianza para que continúe cumpliendo sus funciones (a tal punto que ya va por su segundo mandato). En 2013, a un pelito de ser formalmente imputada, la justicia no encuentra suficientes indicios  y la transforma en lo que el derecho francés denomina “testigo asistido”, un status intermedio entre un simple testigo y un imputado.  

En 2014, Lagarde comparece frente a la Corte de Justicia de la República (un tribunal especial) que la acusa de “negligencia”. En ese momento ella afirma: “ Pienso que en la vida todos somos un poco negligentes”, y añade: “ Traté de hacer mi trabajo lo mejor posible, dentro de los límites de lo que sabía” (el FMI inmutable, ni se preguntó si ella trabaja así con los dineros franceses, ¡como lo hará con los mundiales!, siendo --como pregona el organismo internacional-- que vela por que los países apliquen “políticas de transparencia…” ). Los hechos por los que se la acusaba, son pasibles de una sanción de un año de prisión y 15 mil euros de multa.

En 2015, en pleno proceso Tapie, la directora del FMI declara que la salida de Grecia de la zona euro, “es una posibilidad”. La justicia condena a Tapie a devolver los 400 millones de euros, por supuesto Tapie apela. Dicen que el Fiscal General Jean-Claude Marin fiscal en el caso Lagarde, no es de los que prefieren perseguir a los poderosos.   

En diciembre de 2016, Lagarde comparece nuevamente ante la justicia. La “Chicago Girl”, como la describe el sitio de información Agora Vox, es reconocida culpable pero dispensada de la pena de prisión por su reputación. Justicia clasista, define el medio de información. Culpable de “negligencia” por haber permitido un enorme desvío de fondos públicos, pero dispensada de la pena, el consejo de administración del FMI, así como el entonces gobierno socialista del presidente François Hollande, le otorgan toda la confianza para que continúe ocupando su puesto.

Esta contra se termina con una reflexión de nuestro extrañadísimo Mario Benedetti: “…¿De qué voto popular surgieron los presidentes del Fondo Monetario Internacional, el banco mundial, la Trilateral, el Chase Manhattan, el Bundesbank, etcétera? Sin embargo, esa élite financiera la que sube o baja interés, impulsa inflaciones, instaura la moda de la privatización urbi et orbi, exige el abaratamiento del despido laboral, impone sacrificios a los más para que los menos se enriquezcan, organizan fabulosas corrupciones de sutil entramado, financia las campañas políticas de los candidatos más trogloditas, digita o controla el 80% de las noticias que circulan a nivel mundial, compagina las más fervorosas prédicas de paz con la metódica y millonaria venta de armas…”