Inauguración del Memorial Penal de Libertad |
Por Ester Stekelberg
stekelberg@gmail.com
“‘¿Te encontraste? Están por orden de caída’, le
comentó un veterano a otro. Dos mujeres pidieron que les sacaran una foto
porque el nombre de su abuelo también estaba entre los de 2.872 presos
políticos que recuerda el Espacio Memorial Penal de Libertad, en el kilómetro
52,500 de la ruta 1, con un monumento de 15 metros de alto que representa una
inmensa puerta abierta”, leemos la crónica en el sitio de información La Diaria
de Montevideo del 16 de mayo.
En Uruguay, el paisito entrañable, hay una cárcel que dio
en llamarse Libertad (en realidad la
ciudad donde está ubicada le dio el nombre por bizarro que parezca). El penal
de Libertad (fíjese usted si son potentes las incoherencias, que un penal en
donde el terrorismo de estado torturó, asesinó, decimó familias enteras, se
llama Libertad), decía que en el penal de Libertad (hoy Unidad N° 3 del
Instituto Nacional de Rehabilitación), el 15 de mayo, se inauguró el Espacio Memorial
Penal de Libertad, en homenaje a los miles de ciudadanos que fueron recluidos
en dicho establecimiento durante la dictadura cívico militar que asoló al
paisito en 1973 y 1985, a quienes fallecieron y a los familiares que también
fueron víctimas del terrorismo de Estado.
El monumento que estremece (sólo de verlo en las
fotos, pone piel de gallina), fue diseñado por los arquitectos Raquel Lejtreger
y Javier Olascoaga –cuyos padres fueron presos políticos en esa cárcel–, es una
imponente puerta entreabierta de 15 metros de altura desde donde se ve el cielo,
se ve a través de ella, se ve también el futuro. Realizada en un austero y
desnudo hormigón (el mismo material utilizado en la construcción de las
cárceles), sin más agregado que los 2.872 nombres grabados en el hormigón, está
situado en el cruce de las rutas 1 y 89 en el acceso a la prisión, a la vista
de todo el mundo (de todo aquél que quiera ver, claro está)
La iniciativa del monumento partió del Crysol, la
organización de ex presos políticos del Uruguay junto con el Ministerio de
Educación y Cultura y otros organismos no gubernamentales.
Leemos en la crónica de la inauguración que Gastón
Grisoni, presidente de Crysol, señaló que “celebra la inauguración como un
logro en el camino para que ‘el Estado uruguayo asuma sus obligaciones’ y
agregó que “es hora de que la Justicia cumpla con su cometido y su obligación:
investigar, esclarecer y sancionar. Y es hora también de que la Suprema Corte
de Justicia y su actual mayoría dejen de ser un obstáculo para ello”