HOMENAJE DE HIPOTESIS A FEDERICO GARCIA LORCA A 82 AÑOS DE SU ASESINATO. LA MUERTE DE UN PAJARO

Federico lee con su hermana Isabel
Por Ester Stekelberg
stekelberg@gmail.com

“Él estaba pálido y sus manos temblaban. Sí, él estaba con miedo porque era todo muy inesperado. Quiso hablar, y sus labios fríos mal pudieron articular las palabras de terror que le causaba ver a todos aquellos hombres preparados para matarlo..."

AUDIO 
"...Había estrellas infantiles balbuceando oraciones matinales en el cielo  diluido. Su mirar se elevó hasta ellas, y él, menos que nunca, comprendió la razón de ser de todo aquello. Él era un pájaro, había nacido para cantar. Aquella madrugada que se iniciaba para presenciar su muerte, ¿no había sido siempre  su gran amiga?, ¿no se había quedado tantas veces escuchando sus canciones en silencio? ¿Por qué le habían arrancado su sueño poblado de aves blancas y hecho marchar en medio de los otros hombres de barba ruda y mirar sombrío?


Pensó en huir, en correr locamente para la aurora, en batir alas inexistentes hasta volar. Escaparía así a la fría saña de aquellos cazadores malos que lo confundían con el cuervo, él cuya única misión era cantar la belleza de las cosas naturales y el amor de los hombres; él, un pájaro inocente, en cuya voz había ritmos de danza.

Pero permaneció atónito, sin creer bien que aquello estuviese aconteciendo. Era, por cierto, un malentendido. Pronto llegaría la orden para soltarlo, y aquellos mismos hombres que lo miraban con ruin catadura llegarían hasta él riendo francamente y, abrazados, irían a beber manzanilla en una tasca cualquiera y cantarían canciones de cante-hondo hasta que la noche viniese a recoger sus cuerpos borrachos dentro de su negra, maternal mantilla.

Las órdenes, mientras tanto, fueron rápidas. El grupo fue llevado, a culetazos y empujones, hasta la zanja común y los tensos cuellos colgaron en el desaliento final. Labios se partieron en adioses, murmurando avemarías y consuelos. Solamente su cabeza se movía para todos lados en un movimiento de búsqueda y negación. Como la de un pájaro frágil en manos de cazador impiadoso. La sangre le cantaba en los oídos, la sangre que fuera la savia más viva de su poesía, la sangre que había visto y que no quiso ver, la sangre de su España loca y lúcida, la sangre de las pasiones desencadenadas, la sangre de Ignacio Sánchez Mejías, la sangre de las bodas de sangre, la sangre de los hombres que mueren para que nazca un mundo sin violencia. Por un segundo le pasó la visión de sus amigos distantes. Alberti, Neruda, Manolo Ortiz, Bergamín, Delia, María Rosa –y mi propia visión, la del poeta brasileño que habría sido como un hermano suyo y que de él vendría a recibir el legado de todos esos amigos ejemplares, y que con él habría pasado noches tocando la guitarra, intercambiando canciones dolientes.

Sí, tuvo miedo. ¿Y quién, en su lugar, no lo tendría? Él no nació para morir así, para morir antes de su propia muerte.
Pero fueron apenas otros pájaros, sus hermanos, los que volaron asustados dentro de la luz del amanecer, cuando los tiros del pelotón de la muerte sonaron en el silencio de la madrugada"


El inmenso poeta granadino, Federico García Lorca fue ejecutado bajo un olivo en Alfacar, por la fascista milicia franquista, un 19 de agosto de 1936 y su cuerpo cobardemente oculto en algún lugar del que aún poco se sabe, aunque la búsqueda continúa.

Nuestro Hipótesis lo recuerda cada vez con un profundo amor por su persona, por su arte, por sus sueños, por su vida, por su muerte.