A UN AÑO DE SU MUERTE, HIPOTESIS RECUERDA A LA ENTRAÑABLE YVONNE PIERRON. MISIONERA. SOBREVIVIENTE DE LA DICTADURA.

Yvonne Pierron Ph. Hipótesis
Por Ester Stekelberg stekelberg@gmail.com
 
"Contratapa", columna de opinión emitida en "Hipótesis" el sábado 29 de Setiembre  de 2018.



Hoy queremos compartir el recuerdo de Yvonne Pierron a un año de su muerte. Una persona que le puso el cuerpo a sus fundamentos, que vivió como predicó y entendió que tenía que vivir, ayudando a sus semejantes, combatiendo la miseria, la injusticia, la indiferencia del poder de turno. Yvonne Pierron, gente necesaria.


Pueblo Illia en el centro geográfico de la provincia de Misiones, no tiene más de 1000 habitantes. Allí, hace un año, el 28 de setiembre de 2017, murió la monja francesa Yvonne Pierron. Allí murió a los 89 años y allí vivió desde cuando decidió que era en esa tierra colorada donde hacía falta. Eran los aciagos ‘70. La tierra misionera fue su hogar, allí luchó incansablemente por la dignidad de los “nadies”, como los llamara Eduardo Galeano. Y en esa tierra colorada pidió que sus huesos descansaran. Y así fue.

Ayer, a un año de su muerte, Pueblo Illia, honró su vida. Un vida intensa de altruismo militante, tan pero tan lejos de aquella de Calcuta, que se sentaba a la mesa de los peores dictadores de la tierra. Yvonne Pierron la que nació en Alsacia al este de Francia, en 1928 y la que llegó a la Argentina, para quedarse en 1955, con sus hermanas de congregación, Alice Domon y Léonie Duquet.

Yvonne zafó de la garra de la dictadura cívico militar eclesiástica que asoló nuestro país entre 1976 y 1983, sólo porque desde la embajada francesa y desde su congregación fue obligada, casi intimada a dejar el territorio argentino. Su vida corría peligro. De no haber obedecido, su destino habría sido el mismo que sufrieron las religiosas francesas en manos del ángel rubio de la muerte el genocida Alfredo Astiz.

Aquí en la Normandía del noroeste francés, donde llegó a instalarse una parte de su familia, fue donde paradójicamente esta cronista pudo conocerla en persona. Paradoja ya que estando en Rosario y desde la producción periodística de LT8, en los ‘90 de la segunda década infame, la solicitábamos regularmente para entrevistarla por temas recurrentes: los derechos humanos. Sus compañeras Domon y Duquet, la pobreza infinita de Misiones, la obra increíble que pudo realizar a la vuelta del exilio forzado, la escuela en Pueblo Illia (que hoy lleva su nombre) y el albergue para que niñas y niños sin posibilidades de estudiar, pudieran hacerlo. De todas maneras, como alguien señaló alguna vez, Yvonne siempre luchó por el derecho de quienes no lo tenían. En Argentina y también en Nicaragua.

Marta Scarpato es socióloga, profesora de Historia Social y Económica, coordinadora internacional de la CTA, residente desde 1996 en Bruselas. Marta a quien esta contratapa ha entrevistado más de una vez, sorprende cuando nos cuenta que ella, obligada a exiliarse en México durante la dictadura, no solo que conoció a Yvonne, sino que la alojó en su casa, mientras la religiosa esperaba la documentación para entrar en la Nicaragua sandinista, lugar donde había decidido vivir y realizar su obra cuando debió dejar la Argentina.

Le pedimos a Marta Scarpato que nos contara el episodio mexicano de Yvonne Pierron. Escuche, póngale la oreja. Es un pequeño y delicioso relato.

Terminamos esta contra de hoy con un entrañable que nos dejó también en este septiembre, el lunes pasado, don Alfredo Abalos.  Escuche también con atención con cuanta polenta y  contenido, nos canta la chacarera de Oscar Valles, “La doble sentenciosa”. Nos reencontramos el sábado próximo. Besotes.