CEMENTERIO SUBMARINO. QUE EL AGUA TE SEA LEVE…

Escultura en bronce:
"Inmigrante en busca de una utopía"
Artista noruego Fredrik Radumm
Por Ester Stekelberg    
stekelberg@gmail.com
 
 "Contratapa", columna de opinión emitida en "Hipótesis" el sábado 27 de Julio de 2019.


AUDIO 


"Qué lejos está mi tierra
Y, sin embargo, qué cerca
O es que existe un territorio
Donde las sangres se mezclan…"


El territorio donde se mezclaron esta semana, las sangres de eritreos, palestinos y sudaneses es agua y no tierra. Para el caso, no cambia nada. Daniel Viglietti, entrañable, sigue ayudándonos a describir el dolor: “Tanta distancia y camino, tan diferentes banderas, y la pobreza es la misma, los mismos hombres esperan”

Fue el 25, anteayer, cuando una embarcación (o varias, o dos, para el caso nada cambia), que partió de la ciudad libia de Khoms, a 120 kilómetros al este de Trípoli, pretendía cruzar el Mediterráneo y llegar a las costas europeas. Había en esa barcaza o en esas barcazas (o botes neumáticos o lo que fuere, no cambia nada), más de 300 personas o tal vez más o algunos menos, para el caso, no cambia nada.

Una nueva tragedia en las aguas entre Italia y Libia, el mortal, a su pesar, Mediterráneo se vuelve a deglutir, esta vez a más de 150 personas, solo se recuperó un cuerpo de los 150. Había mujeres, niñas y niños, había hombres. Fueron rescatadas otras 150 personas. Aunque todavía estas cifras son difusas. Las Naciones Unidas hablan de la peor tragedia en el Mediterráneo desde el comienzo del año. Dicen los portavoces de la marina Libia que quienes fueron socorridos fueron ubicados en centros de detención, agregamos, como delincuentes. Al margen de que estos centros de detención libios suelen ser denunciados por ONG’s por sus espantosas condiciones.

 “No somos los extranjeros, los extranjeros son otros, son ellos los mercaderes y los esclavos nosotros”… Daniel Viglietti, desde algún horizonte nos habla de hombres y mujeres, nos habla de los poderosos de la tierra, de los que se creen dueños de la vida y de la muerte. “Son ellos los mercaderes”, nos explica.

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha expresado su espanto por esta nueva tragedia. "Estoy horrorizado", expresó, antes de destacar la necesidad de garantizar y es textual:  "rutas seguras y legales para migrantes y refugiados" ya que "cada migrante en busca de una vida mejor merece la seguridad y la dignidad".

“Los ríos son como venas, de un pueblo entero extendido y es el color de la tierra, la sangre de los caídos” sigue Daniel querido, desgranando su “Milonga de andar lejos”, que ¡tanto tanto! dice de este presente en el que, desde 2014, según la OIM (la Organización Internacional de las Migraciones), se han contabilizado 32.362 personas fallecidas, incluyendo a 1.405 en 2019, aunque --y es textual--: “debido las dificultades para recopilar información sobre estas personas y el contexto de sus muertes, la verdadera cantidad de vidas perdidas durante la migración es probable que sea mucho mayor", afirma la organización.

Yo quiero romper mi mapa,
Formar el mapa de todos,
Mestizos, negros y blancos,
Trazarlo codo con codo.

Libia es uno de los puntos más escalofriantes de paso de migrantes y refugiados que huyen a Europa. Los traficantes de personas y grupos armados, han torturado, han violado, han secuestrado, han asesinado y se han quedado con los bienes de quienes quieren partir de los infiernos que son las guerras, las hambrunas, los odios raciales, religiosos, odios, ¿para qué más explicaciones?. Los traficantes, esa lacra inmunda, ganan grandes cantidades de dinero transportando en barcos sin seguridad a migrantes que pagan enormes sumas que les lleva años reunir, trabajando por monedas.

Una frase nos acelera el corazón: “Cada vida perdida es demasiado”, “CADA VIDA PERDIDA ES DEMASIADO”. Así lo expresó la portavoz de la Comisión Europea, Natasha Bertaud, desde Bruselas. Y mientras tanto esas fotos que desgarran de hombres y mujeres abatidos por el cansancio y el miedo. También las otras fotos, las que nos arrancan una gran sonrisa, la de un bebé rescatado y arropado, junto con su mamá y su papá. Pero son las menos.

Yo quiero romper la vida,
Como cambiarla quisiera,
Ayúdenme compañeros,
Ayúdenme no demoren,
Que una gota con ser poco,
Con otra se hace aguacero.

Querido Daniel Viglietti, íntegro, coherente, afectuoso, militante, discreto, humilde, nos naciste un 24 de julio, hace 80 añitos! Autor, compositor, intérprete que reflejó en sus versos nuestro sentir, el sentir del pueblo, el sentir del tiempo en que le y nos tocó y nos toca vivir. Copiamos al escritor salamanqués Ángel González Quesada, escuche qué maravilla su descripción de Viglietti: “Y era suya la esperanza. Suyo el horizonte. Su música, bálsamo del alma para quienes nunca tuvimos alma, oración inmensa para los sin dios y plegaria en la batalla por la dignidad, significó la vida y la memoria y el recuerdo –y el aire mismo- de generaciones de gente de izquierda, y gente de gente, que en Latinoamérica gritaron y gritan el cristal del deseo de libertad... Y hasta Sartre lo amó, hasta Europa llegaba la canción amarga de la más dulce voz”

Lo traemos a esta contra y celebramos su vida y esos 80 años, universales, inmateriales y tan aquí, al alcance de nuestros corazones, “peces de las mismas aguas”, como solía decir de uruguayos y argentinos.