¡Pugliese, Pugliese, Pugliese! |
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"La cumparsita" de Gerardo Mattos Rodríguez, por don Osvaldo Pugliese y orquesta, cantan Carlos Guido y Jorge Maciel y recita Luis Mela. Tema musical emitido en Hipótesis el sábado 27 de Julio de 2019
AUDIO
El niñito Osvaldo Pugliese, estaba rodeado. De música y de músicos. Dos hermanos que tocaban el violín, un papá que tocaba la flauta en un conjunto típico.
Todo bien, pero al pequeño le fascinaba el piano y ahí
fue su viejo medio a regañadientes y el piano llegó a la casa de Canning 392,
en Villa Crespo, barrio proletario si los hubo. Estudia con tremendos Maestros,
que harán de él, el finísimo pianista que fue, entre ellos Vicente Scaramuzza
(maestro de Martha Argerich, Horacio Salgán y Atilio Stampone).
¡Pugliese, Pugliese, Pugliese! Si hasta tenemos su
estampita en la billetera pelada, pero es el santo patrono de las y los músicos
y de nosotras y nosotros las y los descreídos de siempre, también.
Osvaldo con 15 años empieza a hacer de la música su
oficio. Ya era su pasión. Después pasó todo el agua bajo el puente que ya
conocemos, repetimos y nos fascina. Una bella historia de amor con la
composición, la dirección de orquesta, el tango por el mundo, la militancia, la
persecución por comunista (el clavel rojo nunca dejó de estar sobre el teclado,
cada vez que el maestro caía preso. Mensaje, que todo el mundo comprendía) y
con el compromiso hasta el último día.
En 1935, el maestro Pugliese va a ser uno de los
principales impulsores del primer sindicato de música popular. Desde ya ¡su
orquesta estaba organizada como cooperativa! Y en 1936 después de leer en el
diario Crítica noticias de la Guerra Civil Española, se afilia al Partido
Comunista, del cual fue miembro hasta su muerte, un 25 de julio de 1995, a los
89 años.
Para el anecdotario que tanto nos gusta: Una vez contó
que lo contrataron en un club y de pronto llegó la policía para detenerlo. El
presidente del club protestó y se decidió que lo detenían cuando terminara de
tocar. “Fue el concierto más largo de mi vida”, dijo. Tocó La Cumparsita dos
horas sin parar. Hasta que pudieron sacarlo por una puerta del fondo. Le
organizaron la salida y el maestro, zafó!