Profesor Gabriel San Sebastian Rosario. Marcha de las Antorchas 18 de Enero de 2019 |
stekelberg@gmail.com
"Contratapa", columna de opinión emitida en "Hipótesis" el sábado 04 de Mayo de 2019.
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Hay semanas calma chicha… No es el caso de esta que
está terminando y que nos fue dejando tantas sensaciones y el estómago tan
revuelto, como nos quedó después de los gases que las fuerzas de “seguridad”
francesas, lanzaron a las y los manifestantes del 1° de mayo en París, día Internacional
de las y los Trabajadores.
Porque Paris, sinceramente, Ernest, no fue una fiesta.
Y no lo es desde hace un tiempo largo. Sin embargo si
hay algo que colmó largamente el vaso este 1° de Mayo, fue, como titula el
sitio de información francesa Mediapart: “ El poder incendiario” … y agregamos,
incendiario del poder político.
Desde la represión de las fuerzas policiales, hasta
las mentiras oficiales para tapar esa represión, pasando por los gases y los
cañones de agua, la clásica manifestación de las y los Trabajadores se
transformó en una gaseada y lavada marcha de miles y miles a ninguna parte. Y
este año clara y positivamente atravesado por los Chalecos Amarillos, que no
dudaron un instante en apropiarse de la fecha y de la marcha con toda la
dignidad de las y los empoderados, siempre heterogéneos, diversos en su manera
de participar.
Los hubo en bloques compactos, organizados y bien
equipados, así como nos tienen acostumbrados desde hace ya 5 meses; los hubo
compartiendo banderas sindicales, los hubo al margen de las columnas de
trabajadoras y trabajadores; los hubo integrando los black bloc; los hubo
sueltos mostrando su bronca en carteles de factura casera, escritos con toda la
imaginación al poder que da lo injusto de la sordera oficial, en simples cartones
corrugados.
Hay dos episodios de este 1° de mayo que exigen que se
narre. El primero: la intimidación. En dos tiempos y puntillosamente armada. La
de los medios de comunicación que hicieron la previa presagiando la extrema
violencia de lo que iba a ocurrir por la participación de los Chalecos
Amarillos y los Black Blocs e instando sutilmente y no tanto al receptor a desistir
de participar de las manifestaciones. La de la policía ejerciendo un poder
desmedido otorgado por el nuevo paquete de leyes que dan “permiso para
reprimir”.
El segundo episodio, ya el miércoles mismo: el falso
ataque al hospital militar de la Pitié-Salpêtriere por una supuesta horda de
violentos manifestantes, episodio inventado, si si, escuchó bien, falseado, por
el mismísimo ministro del Interior Christophe Castaner, en su cuenta twitter,
donde relataba de qué manera la supuesta horda había entrado y había agredido
el personal sanitario.
No contaba el primer ministro tan afecto a las redes
sociales, con la multiplicación de videos e imágenes y el testimonio de los
manifestantes y del mismo personal del efector de salud, que desmontaron sin
más la mentirosa “historia oficial”. La realidad que surgió tras la
investigación de varios medios de comunicación, entre ellos Mediapart, fue: hubo
manifestantes que se refugiaron en la entrada del hospital para escapar a los
gases lacrimógenos y a los asaltos de las fuerzas policiales… con el permiso de
la directora del hospital. Como diría el tablón: “Vo vé”
Justamente hablando del tablón, menos mal que existe y
que por ahí nos deja perlas que son disparadores, esta apareció en esta semana,
justamente, escuche: “Hace 4 años miles de santafesinos votaban a Del Sel, hoy
votan a Amalia Granata. ¿Serán los agro tóxicos?
El humor que salva.
Y justamente hablando de Amalia Granata. Gabriel San
Sebastián es un querido y viejo amigo, un tipo comprometido, peleador desde
tiempos inmemoriales. Nos vemos poco con Gabi, pero cada vez que nos
encontramos es esa alegría del abrazo, del instante. Por suerte existen las
redes. Gabi es profe de historia en la escuela secundaria. Y a propósito de los
votos que sacó esta candidata sin programas, ni proyectos, hipermediatizada,
Gabi, con su reflexión, nos da algunas pistas para entender. Préstele la oreja.