Izq. Santiago Maldonado Der. Steve Maia Caniço |
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"Contratapa", columna de opinión emitida en "Hipótesis" el sábado 03 de Agosto de 2019.
AUDIO
Dos pibes con algunas semejanzas. Dos pibes con la
misma muerte.
Steve Maia Caniço, tenía 24 años. Santiago Maldonado
28.
Steve Maia Caniço tenía el pelo cortito, barba y
bigote también cortos, pequeños lentes rectangulares. Santiago Maldonado no
usaba lentes, pero también usaba barba, larga, tupida.
Steve Maia Caniço no sabía nadar. Santiago Maldonado,
tampoco. Steve Maia Caniço vivía en la ciudad de Nantes, a orillas del río
Loire en el oeste francés. Santiago Maldonado vivía en El Bolsón, provincia de
Río Negro, en el oeste argentino.
Steve Maia Caniço murió ahogado en el río Loire.
Santiago Maldonado, murió ahogado en el rio Chubut.
A Steve lo mató la policía francesa. A Santiago, la
policía argentina.
El cuerpo de Steve apareció 38 días después. El de
Santiago, 77 días después.
Steve Maia Caniço desapareció en la noche entre el 21
y el 22 de junio de 2019. Verano del hemisferio norte. Santiago Andrés Maldonado,
desapareció el 1° de agosto de 2017. Invierno del hemisferio sur.
Y si bien es cierto que ambos casos se dieron en circunstancias
hasta diametralmente opuestas, el epílogo fue el mismo. Ambos jóvenes en dos
hemisferios diferentes, desaparecieron vivos y reaparecieron muertos en el
marco de una brutal intervención policial.
La que sigue es la historia de la desaparición del
joven francés Steve Maia Caniço, en la noche del 21 al 22 de junio de 2019 y la
aparición de su cuerpo en aguas del rio Loire, un mes después, el 29 de julio
de 2019, (hace 5 días) a unos 2 km del lugar, --aguas arriba—de donde se lo había visto por última vez.
En 1982, el ministro de cultura del gobierno de
François Miterrand, Jack Lang, creó uno de los eventos que más vigencia tiene aún
hoy en territorio francés, la Fiesta de la Música. Esta inmensa manifestación
popular gratuita que tiene lugar en toda Francia cada 21 de junio, el día más
largo del año, tiene la característica de organizarse en las calles, en los
bares, en los clubes, conciertos en todas las esquinas, algunos con escenario,
otros sin, en las iglesias, en los centros barriales, todas las expresiones
musicales tienen su espacio, desde las estrellas más brillantes del cosmos,
hasta quienes se levantaron ese día con ganas de cantar y/o tocar para los
demás. Sin jerarquías de género ni de origen, “una liberación sonora” donde se
cruzan cada año y hasta altas horas de la noche estival, profesionales, amateurs
y “gentes de cien mil raleas” La primera fiesta de la música fue el 21 de junio
de 1982.
Nantes es un
importante puerto fluvial francés, situado a orillas del río Loire que 50 km
hacia el oeste, desemboca en el océano Atlántico. En Nantes desde hace mas de
30 años, como en cualquier otra ciudad gala, la Fiesta de la Música tiene todos
los condimentos de una inmensa fiesta popular, alegre y participativa.
Uno de los lugares clave, en donde se junta la mayor
cantidad de gente, es en el muelle Wilson sobre el rio Loire. Y este año no fue
distinto de otros. Ya en la madrugada del 22, a eso de las 4, las “fuerzas del
orden”, llegan al lugar en donde estaba instalado el sonido para dar por
terminada la fiesta. El permiso municipal era hasta las 4.
Y para dar por terminada la fiesta, la intervención de
la policía fue con perros y gases lacrimógenos y antidisturbios, también con
las llamadas balas de defensa (LBD) y las
Taser, esas tan discutidas utilizadas contra los chalecos amarillos y que dejaran
decenas de mutilados. En este caso contra jóvenes en un lugar identificado como
peligroso por ser un muelle sin parapeto.
En el desbande que produce la intervención policial, 15
personas, desorientadas por el humo y la persecución, caen a las aguas del
Loire. Entre ellas Steve. 14 personas son rescatadas o salen por sus propios
medios, saben nadar. Steve no. Los bomberos dicen que desde el principio de la
operación de rescate, tenían la información de una persona desaparecida. “La
gente trataba de iluminar el río con los teléfonos celulares, pero no se veía
nada, también los gases lacrimógenos dificultaban todo”, expresó sin dar su
nombre, uno de los bomberos.
Cuando el sábado a la tarde se comienza a saber a
ciencia cierta lo que había ocurrido la noche anterior y la policía se
defiende, expresando que la intervención fue la respuesta a la violencia del
público que tiraba proyectiles, en varios videos caseros que llegaron al diario
Libération, se ve que durante más de 10 minutos, la policía lanza gases
lacrimógenos a la gente que escapa en dirección del río. También se escucha
gritar: ¡hay tipos en el agua, hay tipos en el Loire, el Loire está detrás!
Steve no aparece. Su madre realiza la denuncia el
domingo. El lunes el joven no se presenta a la escuela donde trabaja. La
fiscalía inicia una investigación. La carátula dice “Desaparición inquietante”
y hay un llamado a testigos. Recién ese lunes, los bomberos emprenden las
primeras búsquedas en el río. La policía y el ministerio del interior minimizan
la responsabilidad policial. Las búsquedas continúan y en varias oportunidades
siguiendo pistas falsas. Los muros de la ciudad de Nantes hablan, las pintadas
se multiplican, ¿Dónde está Steve? Y el rostro del joven de cabello y barba cortos
y lentes rectangulares, como el rostro de Santiago en los muros argentinos, nos
miran y nos dicen que no olvidemos. Las marchas se multiplican en todo el
territorio galo.
Hasta el 29 de julio a eso de las 6 de la tarde. Cuando
un cuerpo es recuperado de las aguas del Loire, a unos 2 km del lugar, aguas arriba. El 30, se confirma la
identidad, es Steve Maia Caniço.
Muchas preguntas hasta ahora sin respuestas. Sin
embargo la principal es y será siempre, aquí, allá y en todas partes, ¿hasta
cuándo las violencias policiales se van a cargar al pueblo con la anuencia de
los gobiernos de turno? En el sitio de información Mediapart, la periodista
Eloïse Bajou escribe: “Estamos habituándonos a lo intolerable, estamos
habituándonos a la ‘violencia legal’(…)
Alguien por ahí en las redes escribe: “Ministro del interior, medios de incomunicación, fuerzas del
desorden, caraduras del gobierno... Todo es exactamente lo mismo... Francia se
argentinizó”
Y la fuente de la place Royale de Nantes, sigue
vertiendo agua coloreada de rojo sangre por el colectivo de artistas que además
colocó brazaletes de duelo a todas las estatuas de la fuente. Y el cartel que
antes gritaba ¿Donde está Steve?, hoy solo dice “Steve”