Richie Havens en Woodstock (1969) Ph. Elliot Landy |
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"Contratapa", columna de opinión emitida en "Hipótesis" el sábado 10 de Agosto de 2019.
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Entre el viernes 15 de agosto y la mañana del lunes 18
de agosto de 1969, 500 mil personas de todo pelaje, --al decir del periodista
boliviano Abraham Ender--, fundaban una nación, la Nación Woodstock.
La semana que viene se cumplirán, exactamente, 50
años. Y si bien no tuvimos la colosal dicha de ser testigos presenciales del
hecho, aquí está esta contra vivita, coleando, memoriosa y “croniquera”,
recordando un hecho revolucionario de un siglo que no fue cualquiera. Que si
bien para algunos seria el adiós al “canto del cisne de la generación de los
’60, para esta contratapa fue, gracias a aquella generación de los ’60, el
prólogo emblemático de la naciente generación de los ’70. No, no fue un siglo
cualquiera. Fue el siglo XX, el nuestro, del que damos testimonio, como bien decía
el inmenso Rodolfo Walsh.
El pájaro parado al lado de los dedos de una mano que empuñan
el traste de una guitarra, fue el símbolo que representó esos “3 días de paz y
de música” (que finalmente fueron tres días y una mañana más, ¡nada menos que
la de Jimi Hendrix!) que fue el maravilloso festival de música y feria de arte
de Woodstock, en la granja de Max Yasgur, en la localidad de Bethel en el
estado de New York a unos 60 km de la ciudad de Woodstock, por allá, por hace 50
años.
En esta contra de hoy contaremos algunos entretelones
(habría miles para contar y hay muchísimos que son vox populi, solo relataremos
los que nos parecen más interesantes, sobre los que podríamos, como escribe por
ahí José Saramago, “reflexionar profundamente, de un modo lírico o dramático”,
--notar que es totalmente subjetivo y rock&roll--, extraídos de diversas publicaciones
(las que entendimos son las más documentadas) de las que daremos los nombres y
detalles por si ustedes queridas y curiosas orejas quieren saber más y más. El
sábado próximo, cuando sean exactamente los 50 años, tendremos una entrevista maravillosa,
un lujo de periodista especializada en el tema que de esto sabe kilómetros, ella
nos hablará de “su” Woodstock.
Mientras tanto hoy probablemente usted se entere de
cosas de las que ni idea tenía y a las que vale la pena asomarse.
Pasaron por Woodstock, 32 grupos y solistas, que fueron
bisagra en la historia del rock & roll. Los que no estuvieron tuvieron sus
razones. Algunos no fueron invitados, como los Rollings Stones, en primerísimo
lugar porque pretendían cobrar más de lo que los organizadores estaban
dispuestos a pagar. Los Beatles fueron invitados, sí, pero John quería que
también fuera de la partida la Plastic Ono Band, la banda de Yoko. Los
organizadores dijeron “niet” y a otra cosa. Led Zepppelin fue invitado, pero el
grupo decidió que no quería ser uno más del montón, así que rumbeó para otros
lados. Bob Dylan, que era vecino de la comuna de Woodstock, dicen los
historiadores, era uno de los principales invitados, sin embargo hay otros que desmienten
la versión. Los Doors fueron invitados y ya habían aceptado cuando se dieron
cuenta que el concierto no eran en el Central Park de New York, sino en una
granja algo alejada de la Gran Manzana.
Tampoco estuvieron Pink Floyd, The Temptation, ni Joni Mitchell, que, sin
embargo escribió un tema dedicado al festival.
Los organizadores esperaban unas 50 mil personas, la
policía unas 5 mil, les llegaron 500 mil que chapoteaban en el barro del campo
del granjero Max Yasgur tras las lluvias torrenciales del viernes y del sábado.
El concierto había comenzado
oficialmente el viernes 15 de agosto a
las 5:08 de la tarde, con un no tan conocido Richie Havens que cantó 7
canciones, entre ellas la que se transformaría casi en un himno de
Woodstock, la notable Freedom (en
realidad su titulo era Freedom/Motherless Child). Ese día se cerró con la dulzura
folk antimilitarista de Joan Baez, embarazada de 6 meses y hablando de la
prisión que cumplía su marido por su activismo político. 5 fueron los temas que
interpretó. El último “We shall overcome” (Venceremos)
Hablando de antimilitarismo, plena guerra de Vietnam,
los organizadores entendieron que un enganche para atraer más gente, sobre todo
los anti-war, era utilizar la palabra
“paz” en el slogan (recordemos, “3 días de Paz”). El sábado un Santana desconocido
va a enamorar perdidamente y para siempre al festival y al mundo. Ese mismo día,
ocurrió uno de entre los 2 nacimientos, los 4 abortos espontáneos, los 3
muertos, uno por sobre dosis, otro por consecuencias de una apendicitis y el
tercero, el joven que fuera aplastado accidentalmente por un tractor y las 5162
intervenciones médicas por motivos diversos.
Algunos analistas consideran que Woodstock fue el fin
del “flower power”, de la cultura hippie y de la contra cultura de los años 60.
Otros que fue el espaldarazo de futuros monstruos como Jimi Hendrix y Santana
entre otros.
La impresionante versión de Barras y Estrellas, el
himno yanqui en la voz y la interpretación de Jimi Hendrix, solo con su
guitarra simulando bombardeos y ametralladoras sobre Vietnam, sirenas
antiaéreas y diferentes ruidos bélicos, dejaron sin aliento al público que por
ser lunes, había drásticamente disminuido. Su presentación fue “solo” frente a
unas 30 mil de las 500 mil personas que habían asistido durante todo el fin de
semana.
En su libro “Woodstock, tres días de Paz y Música”, el
periodista y escritor francés Michka Assayas, lo describe como un festival
surrealista y determinante para la cultura pop que tuvo lugar en plena guerra
de Vietnam, bajo el gobierno de Richard Nixon. Que fue más un evento social, de
civilización, que musical. Un evento sin segregación social, en donde se
concentraron desde burgueses hasta los que no tenían nada. Y termina el
periodista: Hoy en día solo el futbol junta de esta manera un muestrario tan
diverso de población.
A eso, Assayas lo llama “milagro”.