miguelferrari@gmail.com
El presidente Barack Obama —premio Nobel de la Destrucción de la Paz —, presionado por el
complejo militar-industrial y por el lobby sionista de los Estados Unidos, con
sus amenazas de agresión militar a la República Arabe
Siria, al decir de un periodista árabe “se ha subido a un árbol del cual no se
puede bajar”.
Ahora parece que tomó nota de la forma que adoptó el primer Ministro
británico, David Cameron, para bajarse del árbol y enviará al Congreso el
próximo lunes un pedido de consideración sobre una posible aventura criminal
contra el pueblo de Siria.
Las decisiones del Parlamento británico y de numerosos gobiernos de
Europa Occidental, pertenecientes a la
OTAN , de no sumarse a una acción militar no autorizada por el
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, han producido un aislamiento no
esperado del imperio en sus políticas guerreristas.
También es llamativa la actitud de algunos países de la
Liga Arabe , particularmente del gobierno
militar de Egipto, de no acompañar a Washington en esta aventura, no obstante
considerar al gobierno de Siria como responsable de la utilización de armas
químicas.
A propósito de estas armas, cada vez cobra más cuerpo la información de
que los dispositivos químicos utilizados en la matanza de civiles sirios, son
de origen saudita y han sido empleados por los mercenarios que están actuando
militarmente en Siria contra el gobierno de Damasco.
Escasa autoridad moral tiene la Casa
Blanca para condenar el uso de este tipo de armas, cuando las
utilizó hasta cansarse contra el pueblo de Vietnam. Particularmente el agente
naranja, fabricado por Monsanto, que hasta el día de hoy sigue actuando sobre
sus víctimas y sus descendientes, y el napalm que se adhería a los cuerpos
produciendo mortales quemaduras.
La provisión de este tipo de armas a su ex aliado Saddam Hussein durante
la guerra contra Irán que causara decenas de miles de víctimas.
El fósforo blanco utilizado por su socio de Tel Aviv contra el pueblo
palestino en los interminables bombardeos a la franja de Gaza.
Para mencionar solo una pequeña muestra de la crueldad y el cinismo de
los gobernantes estadounidenses que se arrogan el carácter de gendarmes de la
humanidad.