EL FISGON QUE LLEGO DEL IMPERIO



Por Ester Stekelberg 
stekelberg@gmail.com 

En un período de 30 días, desde el 10 de diciembre de 2012 hasta el 8 de enero de 2013, Paris constató que la NSA, o sea la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de Norteamérica,  espió, grabó y tomó nota de 70 millones trescientas mil llamadas telefónicas de franceses de todos los niveles, desde las de un ministro hasta las de un bichicome cualunque. Lo que nos permitiría imaginar que, en tan amplio registro, esta salida al aire, conversando con mis queridos compañeros de siempre, haciendo la contratapa de nuestro más que querido Hipótesis, está siendo escuchada y sobre todo, está ¡fascinando! a los servicios yanquis…
 
 "Contratapa", columna de opinión emitida en "Hipótesis" el sábado 26 de octubre de 2013.

Fuera de toda broma, porque poco tiene de risueño y mucho de burdo, en un documento interno de octubre de 2006, la NSA, sugiere a las altas jerarquías del ejecutivo entre las que se cuentan sus clientes habituales, la Casa Blanca, el Pentágono y el Departamento de Estado norteamericano a ‘compartir’ las agendas telefónicas con la agencia”. Así, un alto responsable de cuyo nombre y cargo nadie quiere acordarse, transmitió a la Agencia 200 números, de los cuales 35 correspondían a dirigentes planetarios de los que no se conocía la identidad. Sin embargo, aclararon que las escuchas no dieron muchos resultados.   
Lo que produjo un revuelo inconmensurable.
Todo comenzó esta semana cuando el semanario Der Spiegel, publicó los resultados de una investigación por la que se pudo saber que el celu de la canciller alemana Angela Merkel estaba bajo escucha de los servicios secretos estadounidenses y que no era de ahora. Estas escuchas podrían llevar ya varios años. El diario inglés The Gardian, agregó que no sólo ella, sino ella y 34 dirigentes mundiales estaban siendo vigilados de cerca por la central de inteligencia.
Y aunque el presidente del partido social demócrata alemán Sigmar Gabriel, reclamó que se suspendan las negociaciones  y los tratados de libre comercio entre los dos bloques, ella se negó, argumentando que una ruptura de discusiones comerciales con Washington, sería arriesgado. El ministro de defensa alemán Thomas de Maizière, manifestó, cauto, que “hace años que parto del principio que mi teléfono está bajo escucha, pero jamás hubiera creído que las escuchas vinieran de los Estados Unidos”. Y agregó, “si es verdad que espían el celular privado de Merkel, esto sería muy grave” 
Francia y Alemania, apoyados por el resto de las naciones europeas, lanzaron una iniciativa común, para tratar de encontrar un punto de acuerdo en el tema informaciones con su espía favorito, los Estados Unidos. Pero en el mismo sentido la canciller alemana quiere que los 28 estados de la Unión Europea, lleguen a un “acuerdo de no espionaje” entre ellos, similar al que Francia y Alemania, pretenden con los Estados Unidos.
“Hay que exigir explicaciones”, dijo el presidente francés François Hollande luego de la cumbre europea de Bruselas. Es lo que haremos los europeos de manera unánime, considerando que nuestro aliado americano (sic) tiene que darnos ciertas explicaciones ya que sabemos que habrá más revelaciones.
Y la Merkel, un poco más soñadora pidió que Washington establezca un acuerdo de no espionaje o de buena conducta con Berlín y con Paris de aquí a fin de año, subrayando que quiere actos concretos de parte de Obama y no solamente excusas. 
A los efectos, el Parlamento europeo enviará a Washington a una delegación de diputados europeos, quienes recibirán las explicaciones del caso. Por su parte Alemania enviará a su propia delegación integrada por colaboradores inmediatos de Merkel y responsables de los servicios de inteligencia.     
La vocera de la Casa Blanca, Jay Carney dijo – textual—: “Los Estados Unidos no vigilan ni vigilarán las comunicaciones de la canciller, reconocemos que los Estados Unidos hacen inteligencia, pero así como lo hacen otros países.
O sea un ríspido escándalo de bordes suavemente redondeados.