LOS CONFLICTOS POLICIALES EN SUD AMERICA

Por Luis Saavedra   
elidaluis@gmail.com

En diversos países sudamericanos se vienen sucedido conflictos policiales. No es casual que sucedan en aquellas países que se proponen el manejo del Estado nacional, para mejorar la situación de explotados y excluidos, rompiendo con los clásicos lemas neoliberales

 
"A Contrapelocolumna de opinión emitida en "Hipótesis" el sábado 4 de enero de 2014. 

En setiembre de 2010 hubo en Ecuador un levantamiento policial contra una nueva ley salarial, que llegó hasta el secuestro por algunas horas del presidente de la Nación, Rafael Correa
En febrero de 2012, en vísperas del Carnaval, 10.000 policías del Estado de Bahia, se declararon en huelga, lo que generó un conflicto rodeado de asaltos, robos y toda forma de violencia, que dejó un saldo de 59 muertos.
La presidente Dilma Rousseff se vio obligada movilizar a las Fuerzas Armadas para controlar la situación.
En junio de ese mismo año el Comando General de la Policía Boliviana anunció que se suspendieron todos los actos programados para la celebración del 186 aniversario de la institución y al mismo tiempo condenó la actitud "oportunista" de algunas personas que aprovechan las demandas legítimas de policías de baja graduación.
El conflicto generado duró varios días y fue solucionado con la intervención personal del vicepresidente, Alvaro García Linera.
Siguió el conflictivo 2012 con la movilización por un problema salarial con gendarmes y prefectos en diferentes asentamientos de nuestro país. El conflicto también fue solucionado,
Pasado un tiempo la ministra Nilda Garré se vio obligada a renunciar, entre otras razones, porque fue su hermano quien ocupaba el cargo desde el cual se tomaron medidas desacertadas que dieron pie al conflicto.
El Secretario de Seguridad, Sergio Berni, quedo consolidado como el verdadero hombre fuerte del Ministerio y es a quien se ve actuar en los conflictos mas recientes.
Asi se llega a las huelgas policiales que a comienzos de diciembre pasado afectaron a siete provincias argentinas.
El conflicto se inicio en Cordoba, estando el gobernador Jose Manuel de la Sota ausente de la Provincia viajando a Colombia para participar en una reunión de mandatarios provinciales.
La demora del gobernador en solicitar el apoyo nacional, lo puso en una situación de debilidad frente a los policías rebeldes, a los que finalmente se concedió prácticamente todo lo que pedían
Mientras, en toda la ciudad capital y lugares del interior provincial se sucedían los asaltos y saqueos, con graves consecuencias materiales y humanas y, al mismo tiempo, el efecto contagio generó rebeliones policiales en Santa Fe, Entre Rios, La Pampa y otras provincias.
Los conflictos se fueron resolviendo con el envio de fuerzas federales, a Cordoba se enviaron 1.200 hombres, entre Gerdarmeria, Policia Federal y de Seguridad Aeroportuaria; a Santa Fe 1,000 gendarmes.
De todas maneras los policías obtuvieron fuertes concesiones en materia salarial, adicionales, pago de elementos de trabajo, como chalecos antibalas y otros.
Ahora el conflicto policial estalla nuevamente, como un coletazo del anterior. Los movimientos de insubordinación surgieron tras conocerse la orden de detención solicitada por el fiscal de Córdoba, Raúl Garzón, para 17 personas –16 policías y una ex agente y esposa de un efectivo– por su participación en el levantamiento policial de diciembre pasado por reclamos salariales. Todos fueron detenidos ayer y trasladados a la cárcel Bouwer, para ser indagados el próximo lunes.
Al mismo tiempo cuatro jefes fueron pasados a disponibilidad por el propio Tribunal de Disciplina de la Fuerza. El Secretario Sergio Berni viajo a Cordoba para supervisar la llegada nuevamente de 1.200 integrantes de las Fuezas Federales, de las tres instituciones que ya participaron en diciembre y se reunió con el gobernador de la Sota que habia solicitado el apoyo mencionado.
El funcionario nacional declaro a La Voz del Interior, tradicional medio cordobes, actualmente en la orbita del grupo Clarin, que la Nacion apoyara la reestructuración de las policías provinciales, para evitar nuevos levantamiento extorsivos.
Aprovechando la tranquilidad que le brinda el apoyo del gobierno nacional y las tropas federales  el gobierno provincial continuó con la purga policial. José Manuel de la Sota firmó ayer los decretos en los que se estableció que 23 efectivos -cinco oficiales superiores, 12 oficiales jefes, tres oficiales subalternos y tres suboficiales- fueran desafectados de la fuerza, y argumentó que se trató de una "reestructuración" de la institución dispuesta para este año.
Tambien en Entre Rios hay inquietud policial, ya que el gobierno se propone modificar los términos del acuerdo al que se llego en diciembre a punta de pistola.
Hubo movilizaciones en Concordia y Gualeguaychú, pero sin cortes de ruta. Los policías dijeron que no había habido abandono de trabajo, que sólo participaron en las movilizaciones personal de franco y familiares.
DE manera no casual los dirigentes de la mesa de enlace, con Eduardo Buzzi a la cabeza y un puñado de productores, hicieron su propia movilización, con los motivos habituales. Los ruralistas, uno de los sectores más favorecidos por el crecimiento económico de los últimos años, no quieren pagar impuestos: protestan contra el aumento del inmobiliario rural en algunas provincias, piden eliminar las retenciones a la carne, cuya exportación y consumo interno han crecido con fuerza en 2013 y otras chicanas.
O sea, cuando tenemos problemas, inundaciones, sequías, plagas el problema es de todos y los tiene que bancar el estado. Cuando nos va bien, la plata es mía.
Mientras tanto llegaron a esa provincia 400 gendarmes y Sergio Berni se entrevistó con las autoridades locales de Gendarmería y Prefectura.
Más allá de que en cada caso puede haber problemas específicos, de que realmente los policías rasos tienen generalmente sueldos muy bajos y que los jugosos negocios de las cajas negras se reparte de cierto rango para arriba, contribuyendo así a genera la bronca de abajo, la debilidad de la cadena y en muchas ocasiones las responsabilidades políticas y judiciales en los problemas.
Más allá de todas esas considerciones, la seguidilla de levantamientos de hombres y mujeres, cuyas herramientas de trabajo son las armas, inducen a pensar que hay detrás de todo ello sectores interesados en encontrar una herramienta de reemplazo a las Fuerzas Armadas, que, al menos por ahora, han dejado de jugar su tradicional papel de partido militar a servicio de las clases dominantes locales e internacionales.
Purgar a las fuerzas policiales quizás resulte más difícil que controlar a los militares. Las cajas negras son una de las claves de los problemas. Pero por sobre todo está el interés de afilar herramientas para disciplinar el conflicto social y poner límites a los proyectos de ciertos gobiernos.