SOCIALDEMOCRACIA Y ALGUNAS COSAS MAS

Por Luis Saavedra   
elidaluis@gmail.com 

Recientemente Carlos Gabetta, vino a Rosario, su ciudad natal, a presentar “¿Tiene porvenir el socialismo?”, el último libro de su autoría, en este caso compartida con Mario Bunge.
La Capital publica en su edición del jueves 2, un reportaje a página entera realizado por Carlos Colombo. Los conceptos que vuelca Gabetta en dicho reportaje resultan útiles para reiterar, por contraposición, algunas opiniones de esta columna sobre la socialdemocracia y sobre sus exponentes a nivel de gobierno de nuestra ciudad y nuestra provincia.

"A Contrapelocolumna de opinión emitida en "Hipótesis" el sábado 4 de enero de 2014.
A los cuales el ex director de la edición Cono Sur de Le Monde Diplomatique hasta 2011, defiende enfáticamente, cosa que es totalmente coherente con sus actuales convicciones, ya es el Director General del histórico periódico socialista, La Vanguardia

El órgano oficial del Partido Socialista fue fundado por Juan B. Justo en 1886, pero desapareció o se bifurcó en diversas publicaciones, al compás de los conflictos internos del socialismo.

Su última resurrección proviene de 2012, cuando la actual dirección del Partido, encabezada por el doctor Hermes Binner, decidió lanzarlo nuevamente, encargando la tarea. como señalarmos, a Carlos Gabetta.

En el citado reportaje comienza señalando que el socialismo tuvo siempre dos corrientes, una revolucionaria, cuya mayor expresión fue la existencia de la Unión Soviética, cuyo fracaso, demostró que “el socialismo sin libertad es una contradicción en sí mismo”.

Coincidimos con esta última afirmación, que citamos textualmente, pero queremos recordar que la primera en advertir ese hecho fue la dirigente revolucionaria alemana Rosa Luxemburgo, alertando a los dirigentes de la recién nacida Revolución Rusa, aunque comenzaba por reivindicar dicha revolución y criticaba al proletariado alemán por no haber sido capaz de tomar el mismo camino.

Y sigue “La otra corriente, la de la socialdemocracia, es la de la segunda internacional, es la que representa al socialismo europeo, escandinavo, argentino, es una corriente democrática evolutiva, hacia el socialismo se irá llegando a medida que la evolución histórica cree la necesidad de un cambio de sistema y la conciencia de la necesidad de ese cambio de sistema”.

Es curioso como un buen periodista puede contradecir sus propias afirmaciones, cuando le resulta políticamente útil. Hace algunos años, Gabetta dio una charla en la sede de Radio Universidad, a la que concurrieron principalmente estudiantes de periodismo y algún que otro periodista, entre ellos este columnista.

El tema era el periodismo político. Un alumno preguntó como se llega a ser un periodista político. “Ante todo hay que saber historia” respondió Gabetta. Afirmación con la que coincidimos totalmente.

Y sin duda él sabe historia. Pero al hacer el elogio de la socialdemocracia de la Segunda Internacional, se olvide un par de cosas. Primero que luego de prometer parar la guerra interimperialista por un nuevo reparto del mundo, que se preparaba al comenzar el siglo XX, mediante la unidad de la clase obrera internacional, traicionaron descaradamente su palabra y a la clase. Los poderosos bloques parlamentarios que tenían en varias potencias, votaron los créditos de guerra de los gobiernos burgueses.

Sólo los alemanes Karl Liebnecht y Rosa Luxemburgo votaron en contra. A causa de lo cual pasaron la guerra, la Primera Guerra Mundial, que se llevó 25 millones de vidas, en la cárcel.

Cuando Alemania enfrentó la derrota, el Káiser tuvo que abdicar y huir del país y se firmó el armisticio con los aliados occidentales, hubo grandes huelgas y levantamientos en todo el país, el ejército entró en descomposición y el poder cayó como una pera madura en las manos de los socialdemócratas, que pasaron a ser el bloque mayoritario del parlamento.

Luxemburgo y Liebnecht habían abandonado el partido de la traición y formado la Liga Espartaquista, con la que lucharon por el poder en las agitadas y propicias circunstancias de aquel noviembre de 1918.

Friedrich Ebert y otros dirigentes que habían asumido el democrático poder para un socialismo evolutivo, se apoyaron en los Cuerpos Francos, grupos de mercenarios surgidos de la dispersión del derrotado ejército alemán, para ahogar en sangre la revolución alemana

Rosa y Karl fueron juzgados como traidores a la patria. En un traslado a tribunales, los gendarmes que los llevaban los mataron a bayonetazos y arrojaron sus cadáveres al río Spree. No parece buen modelo de socialismo con democracia.

Luego Gabetta viene del pasado al presente y señala que “el socialismo argentino ha probado en Rosario y Santa Fe es que es una gestión honesta, eficaz, nada corrupta”.

El doctor Binner ha hecho de la expresión “en un país normal”, su caballito de batalla para atacar al gobierno nacional desde todos los ángulos.

Cuando le preguntan como sería el país normal que desea, se refiere al modelo santafesino, que entusiasma al director de su periódico oficial.

Hagamos entonces una prueba con el modelo santafesino. Por ejemplo en una provincia normal no sucede que la computadora de un pez gordo de los negocios del narcotráfico y sus alrededores, Luis Medina, asesinado por sus competidores, vaya a parar a manos de Javier Echaniz, Secretario de Tecnología, que un diputado justicialista lo denuncie y que dos ministros, el de Justicia y el de Gobierno salgan furiosos a señalar que esa medida fue tomada por orden judicial y que la jueza Raquel Cosgaya, quien tuvo en el primer momento el tema en sus manos, salga a negar enfáticamente la afirmación de los ministros.

Que teme el gobierno de esta provincia normal? Que nuevamente suceda algo similar a lo ocurrido cuando el propio jefe de la policía de toda la provincia fue preso porque una fuerza federal, la Policía de Seguridad Aeroportuaria, fundada por el criminólogo Marcelo Sain, descubrió su vinculación con el narcotráfico.

Primero el gobierno provincial trató de cubrirlo, como recordarán los oyentes y hasta se habló de una maniobra nacional para intervenir la provincia. Hasta que no hubo más remedio que dejar adentro al Comisario Tognolli y a su compinche el narcotraficante Carlos Ascaini.

Probablemente Luis Medina es más importante que Ascaini y su computadora puede ofrecer sorpresas que el gobierno de la provincia normal quiere prever.

No tuvo más remedio que tratar de controlar a la policía autorregulada, cuando la cuota de asesinatos se elevó peligrosamente y se llegó a tirotear la casa del gobernador.

La policía respondió con el alzamiento por los sueldos y hubo que llamar de apuro a las fuerzas federales. Ya no se habló más de intento de intervenir Santa Fe, salvo en algún chisme de Clarín.

Sigamos. En una provincia normal no sucede que seis presos se fuguen de una cárcel donde los conductos de agua tienen curvas y rejas para impedir fugas, simplemente levantando una bacha en su celda, para marchar enjabonados por un ducto, una celda para dos en la que guardia no se dio cuenta que había seis y luego se vayan por un ducto enjabonado.

Y que la conducción política de esa provincia normal acepte que el Servicio Penitenciario de esa explicación con toda frescura es algo que no deja muy bien parado a este modelo de socialismo evolutivo.

Gabetta se apresura a agregar a la frase citada más arriba “ahora están las limitaciones de una administración que se mueve en el sistema capitalista y apenas en una municipalidad y ahora hace seis años en una provincia”. Buena salvedad, abriendo el paraguas para echar las culpas al gobierno nacional en caso necesario.

En una provincia normal no sucede que las dos Cámaras Legislativas voten por unanimidad la creación de una Policía Judicial o sea incluyendo a los bloques oficialistas y después el gobernador con lo que èl llama veto propositivo, figura que no se encuentra en la Constitución Provincial, reescriba 40 de los 57 artículos, asumiendo de hecho funciones legislativas.

Los diputados del Movimiento Evita, firmantes del proyecto original, que el diputado Eduardo Toniolli expuso en Hipótesis, hicieron llegar a nuestro correo un duro y extenso comunicado, del cual rescatamos los párrafos fundamentales.

La verdad que esconde este veto no es de carácter técnico, sino de carácter político: el Poder Ejecutivo provincial sella de esta manera un pacto contrarreformista con la corporación policial, corporación poco afecta a que se le recorten prerrogativas que en muchas ocasiones terminan siendo verdaderas herramientas para la gestión del delito, en mano de quienes deberían prevenirlo y combatirlo.

Ya habíamos denunciado ese pacto el mes pasado, cuando en ocasión de firmar el gobernador el decreto de aumento de haberes a los trabajadores de la fuerza, introdujo un artículo (el nº 9) en el que se le concede a la cúpula policial seguir manejando los ascensos, sin cupos y sin tribunales civiles tal como lo establece la Ley 12.521 promulgada en el año 2006, disposiciones que nunca fueron aplicadas por Binner, ni por Bonfatti”.

Todo esto no parece ser el modelo para el país normal que Binner propone y Gabetta elogia. Habría mucho más, mucho se ha dicho ya en Hipótesis, el tiempo se agota.Lástima la computadora de Luis Medina. ¿Que más nos traería?

Respecto a la ciudad normal, volvemos a recomendar “Rosario, ciudad del boom, ciudad del bang”. Dura apenas una hora y expone con toda la fuerza de la imagen acompañando a la palabra, incluso con creaciones de animación, la relación entre el dinero negro de la evasión impositiva en la producción sojera, el boom inmobiliario en Rosario y muchos lugares del interior y la economía del delito, particularmente del narcotráfico. Se puede encontrar en you tube.

Se la recomendamos especialmente a Carlos Gabetta, director de La Vanguardia, órgano oficial del Partido Socialista. El video se distribuyó anexo al número 16 de la revista Crisis, que de kirchnerista tiene poco y nada. Podría pues, anexarse a algún número de La Vanguardia.