LOS OJOS HABLAN. LA LUCHA CONTINUA

Por Ester Stekelberg
stekelberg@gmail.com


Enero de 1997. Un verano “normal”, no como “el país normal”, sino normal en serio. Calorcito, lo de siempre. Días largos y lánguidos.

Los políticos, gran parte de jet set folklórico local y alguna otra gente, veranean en Pinamar, como corresponde.     


 
"Contratapacolumna de opinión emitida en "Hipótesis" el sábado 25 de enero de 2014.

Enero de 1997. Los integrantes y otras complicidades del gobierno del entonces presidente Carlos Menem, empezaban a hablar de una posible reforma constitucional que daría vía libre a las aspiraciones del riojano. Ser electo por tercera vez. Y entre ellos se tiraban la pelota, Yoma a Corach, Corach a Menem, Menem a Yoma y Yoma al gran bonete.

Así como se tiraron la pelota Menem y el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde, cuando, el 25 de enero de 1997 la Argentina amaneció con la escalofriante noticia del asesinato en Pinamar del reportero gráfico José Luis Cabezas. “Me tiraron con un muerto”, eructó el gobernador.

Así como Menem negó que la explosión de la fábrica militar de Río Tercero hubiera sido un atentado, así como negó que la muerte de su hijo Carlos jr hubiera sido un asesinato, así también negó que ese sórdido crimen fuera un hecho político, poniendo inmediatamente al margen de cualquier acusación al principal sospechado, el empresario postal, Alfredo Yabran.

También Blas Altieri intendente de Pinamar, y sospechado de pertenecer al círculo íntimo del empresario, se apuró a aclarar: "Yabrán no tiene nada que ver con el caso".

Escribe Cristian Sanz: “Desde el mismo momento en el que mataron a José Luis Cabezas, muchos de los policías que investigaban el caso hicieron notables esfuerzos para intentar demostrar que el homicidio tenía que ver con la vida personal del fotógrafo y no con su actividad profesional. De ese tenor fueron las primeras preguntas que recibieron los compañeros del fotógrafo en la noche del sábado, cuatro horas antes de que se presentara el juez José Luis Macchi en la comisaría de Madariaga. Esa línea también recibió refuerzos inesperados. Un ex comisario de la Policía Bonaerense vinculado a la SIDE informalmente, hizo cuatro llamadas en dos días a la redacción de Noticias insistiendo en la cuestión de que ‘hay que investigar a la víctima’".

José Luis Cabezas había fotografiado a Yabrán junto a su esposa caminando por la playa en Pinamar, y esa foto que ilustró la tapa de la revista Noticias en 1996 fue la primera que develó el rostro del poderoso empresario.

"Sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la frente", repetía Yabrán, para explicar que el secreto de su éxito radicaba en que su rostro no debía ser conocido.
Cabezas fue asesinado de dos balazos el 25 de enero de 1997 y su cadáver fue hallado esposado y calcinado dentro del automóvil que usaba para cubrir la temporada en Pinamar en una cava de un camino rural del partido bonaerense de General Madariaga.
De acuerdo a lo que quedó acreditado en la Justicia, el empresario Alfredo Yabrán había instruido a su jefe de custodia, el ex sargento del ejército Gregorio Ríos, que mande asesinar a Cabezas porque le molestaban sus guardias periodísticas. El ex oficial Gustavo Prellezo aceptó la propuesta de Ríos y convocó a cuatro ladrones del barrio platense de Los Hornos para que hicieran el trabajo. Fue así como los miembros de la denominada banda "Los horneros", viajaron a Pinamar para "asustar a un fotógrafo". Según declararon “los horneros", ellos se encargaron de "levantar" a Cabezas en Pinamar y lo llevaron hasta la cava donde Prellezo lo asesinó de dos balazos.
La causa llegó a juicio en 2000. Un juicio oral y público condenó a diferentes penas a los miembros de la banda de “Los Horneros” integrada por Horacio Braga, José Auge, Sergio González y Héctor Retana (fallecido). También alcanzó al jefe de seguridad de Yabrán, Gregorio Ríos (instigador); Sergio Camaratta, Aníbal Luna y Gustavo Prellezo.
En otro juicio, condenaron al comisario de Pinamar Pedro Gómez, acusado de haber “liberado la zona” para cometer el crimen. Yabrán, considerado autor intelectual del crimen, no fue juzgado y el 20 de mayo de 1998, cuando la policía llegaba a una de sus estancias en Entre Ríos para detenerlo, el empresario se habría suicidado de un escopetazo en la boca.
Beneficiados por el 2x1, los horneros, salvo Retana, que murió en la cárcel, recuperaron su libertad en 2006. Ríos fue beneficiado con prisión domiciliaria. Gustavo Prellezo cumple condena con arresto domiciliario al igual que el ex comisario de Pinamar Alberto Pedro "la liebre" Gómez.

Ah sí, antes de ir cerrando esta contra de hoy, y siguiendo en la turbia zona de impunidades y demás corrupciones, ¿se acuerda de Alejandro Vecchi, tenaz abogado de la familia Cabezas?, bien, hoy también es abogado de la familia Duhalde, si si, del ex presidente que cuando el asesinato del reportero gráfico era gobernador de la provincia de Buenos Aires, y de la ex primera dama la Chiche. Usted disculpe, pero, ¿con qué mierda se come todo esto, eh?

Leemos del muro de Claudia Abraham, Maestra:

En eso andábamos con los chicos de segundo grado en aquel marzo del 97, conversando sobre los oficios de sus papás, los que tenían o los que tuvieron, porque muchos se habían quedado sin trabajo.
Y después uno propuso el juego de las adivinanzas, y dijo que había que decir qué hacían, y ponerle nombre al oficio.
El que construye casas: albañil
El que enseña: maestro
El que pinta paredes: pintor
El que corta el césped y cuida las plantas: jardinero
La que pone inyecciones: enfermera
El que cura a los enfermos: doctor
El que vende frutas: verdulero
La que cuida chicos: niñera
El que arregla autos: mecánico
Cuando me tocó a mí el turno de hacer la adivinanza, dije inocentemente ‘el que saca fotos’. Rápidamente Mailén me respondió: ‘José Luis Cabezas’, y todos nos quedamos por un rato sin palabras”