CLAROSCUROS

Por Miguel Angel Ferrari
miguelferrari@gmail.com

Ayer el pueblo y el gobierno cubanos recibieron al Papa Francisco con desbordante alegría. Dentro de unos días pisará suelo estadounidense donde no todas serán rosas.


“Con los Ojos del Sur”, columna de opinión emitida el domingo 20 de setiembre de 2015.


La visita de Francisco resalta por la propia gestión papal, que desembocó en el restablecimiento de relaciones con los Estados Unidos, pero también por el contenido de las palabras pronunciadas por el jefe de la Iglesia Católica en su anterior gira latinoamericana, particularmente en Bolivia donde puso en tela de juicio al propio sistema capitalista, generador de injusticias.

El presidente Raúl Castro, en nombre de su pueblo, recibió al Pontífice —según sus propias palabras— con “sentimientos de afecto, respeto y hospitalidad”.

Los pueblos de la América Latina y el Caribe —puntualizó Raúl Castro— se han propuesto avanzar hacia su integración, en defensa de la independencia, la soberanía sobre los recursos naturales y la justicia social.

“Sin embargo —agregó el presidente cubano—, nuestra región sigue siendo la más desigual en la distribución de la riqueza. En el continente, Gobiernos legítimamente constituidos que trabajan por un futuro mejor, se enfrentan a numerosos intentos de desestabilización”.

El bloqueo y la usurpación de Guantánamo, por parte de los Estados Unidos, no estuvieron ajenos al discurso de bienvenida del mandatario cubano.

El Papa Francisco, tras citar en varias oportunidades al apóstol cubano José Martí, aludió al restablecimiento de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, advirtiendo que “el mundo necesita reconciliación en esta atmósfera de Tercera Guerra Mundial”.

Esta “atmósfera de tercera guerra mundial” estará más presente dentro de unos días, cuando el pontífice pise tierra estadounidense.
Allí, entre tantas actividades, pronunciará un mensaje ante el Congreso y se encontrará con legisladores de extrema derecha que todavía no han digerido aquellas condenas papales al “capitalismo salvaje”, a la “teoría del derrame” y a la “dictadura del dinero”.


Hoy se realizan en Grecia las elecciones de las que surgirá el nuevo gobierno, tras la renuncia de Alexis Tsipras.

Tal como lo señaláramos en Hipótesis, el líder de Syriza renunció para reformatear su fuerza política luego de sus volteretas frente a la troika. Estas actitudes oportunistas derivaron en una ruptura interna que obligaron a Syriza a buscar alianzas hacia la derecha.

Syriza se encuentra en las encuestas levemente por encima del partido derechista Nueva Democracia. En tercer lugar, un poco más relegado, está la formación neonazi “Amanecer Dorado”.

Syriza ya no le quita el sueño a la derechista conducción europea, de modo que no hay razones para esperar otra política que no sea la impuesta por Bruselas.

Solo el tiempo dirá hasta cuándo el pueblo griego está dispuesto a sufrir las cada vez más severas condiciones del ajuste neoliberal.


Una buena noticia: el presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha asegurado ayer sábado que la reunión entre los presidentes de Venezuela y Colombia —a realizarse en Quito— hallará una salida a la crisis fronteriza.

Esta crisis comenzó el 19 de agosto, cuando el presidente Nicolás Maduro ordenó el cierre de la frontera y decretó el estado de excepción en varios municipios del estado de Táchira, con el propósito de impedir la expansión del paramilitarismo colombiano.

Por su parte, el titular del Ministerio de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, anunció el viernes que más de 60 personas han desaparecido en Táchira, estado ubicado en el oeste de Venezuela y fronterizo con Colombia, debido al paramilitarismo.

Los ciudadanos colombianos residentes en Venezuela, han recibido positivamente el llamamiento del gobierno venezolano para la integración al Movimiento Bolivariano de Colombianos por la Paz. Un gesto de hermandad hacia los seis millones de colombianos que habitan en suelo venezolano.


No todas son buenas noticias…

En el día de ayer, la Fuerza Aérea de Israel bombardeó la franja de Gaza. El gobierno israelí argumenta que es en respuesta a los disparos de misiles desde territorio palestino. Un grupo relacionado con el denominado Estado Islámico, se habría arrogado la autoría de los ataques misilísticos.

Teniendo en cuenta la desproporcionada violencia que suele desatar el gobierno sionista sobre los habitantes palestinos, estos bombardeos hacen temer otra escalada. Recordemos que durante cincuenta días, entre julio y agosto del año pasado, el Estado de Israel asesinó en la franja de Gaza a más de 1.500 civiles palestinos, entre los cuales se contaban 539 niños.


Uno de los conflictos más crueles, que —como todos sabemos— es el responsable de la emigración masiva de refugiados hacia Europa, es la contienda bélica que está soportando la República Arabe Siria.

Los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, valiéndose de una prefabricada “primavera árabe” que resultó un crudo invierno, atizaron un conflicto político en Siria hasta llevarlo a una invasión de terroristas que está despedazando este país del medio oriente.

Tanto es así que —en estos momentos— hasta la oposición civil al gobierno de Bashar el-Assad, ha tomado partido por la defensa de la integridad nacional postergando sus banderas de lucha contra el gobierno de Damasco.

Solo un pequeño sector ha sido absorbido por los terroristas de distinto signo, unidos por un común denominador: sembrar una violencia aberrante, digna de muchos siglos atrás.

Estos grupos, en su momento liderados por Al Qaeda, se fueron fragmentando dando lugar a Al-Nusra y finalmente al denominado Estado Islámico, ISIS o Dáesh.

Estados Unidos y sus aliados anunciaron oportunamente que atacarían al Dáesh (de cuyo surgimiento son responsables junto al Estado de Israel) mediante una severa campaña de bombardeos aéreos. El resultado de esta campaña, como se podrá apreciar, es absolutamente ineficaz. Posiblemente porque no hay una real intención de combatir a esta formación terrorista, que le está prestando al imperio un buen servicio al atacar implacablemente a Siria.

Frente a esta deliberada inoperancia, por estos días se ha hecho pública la determinación de la Federación Rusa de participar activamente en el combate a los terroristas del Estado Islámico.

En Siria se encuentran en marcha importantes preparativos de despliegue militar ruso. Se ha creado una Comisión Militar Conjunta sirio-rusa, al tiempo que se ha agilizado la entrega a la parte siria de datos de inteligencia provenientes de los satélites rusos.

También en los últimos días se produjo el arribo de numerosos expertos rusos y la entrega al gobierno sirio de armamento más sofisticado. No menos importantes —en esta decisión militar de enfrentar al Estado Islámico— son las tareas de modernización y ampliación del aeropuerto sirio de Latakia; tareas que permitirán el arribo y despegue de los gigantescos aviones rusos de carga.

“Si finalmente deciden pasar a la acción —señala el analista francés Thierry Meyssan—, los rusos atacarán a todos los grupos armados que siembran el terror en Siria. Los occidentales no podrán seguir ocultando el hecho que la «Coalición Nacional de Fuerzas de Oposición y de la Revolución» que ellos reconocieron como representante del pueblo sirio, en realidad respalda a los yihadistas. Y se verán obligados a tener en cuenta a los partidos políticos presentes en Siria, incluyendo a los que se han aliado al partido Baas para enfrentar a los yihadistas”.

Esta decisión de Moscú implica un sorprendente giro en los acontecimientos del Medio Oriente. Una voluntad de protagonismo que estuvo ausente desde la caída del muro de Berlín, inclusive durante la intervención militar de la OTAN en Libia, donde China y Rusia se abstuvieron en el Consejo de Seguridad.


Finalmente, un nuevo golpe de Estado en Burkina Faso. Ese país del Africa occidental, cuyo nombre —que significa en lenguas originarias “el país de los hombres íntegros”— le fuera concedido por el coronel Thomas Sankara, más conocido como el “Che” africano.

Sankara fue asesinado en 1987 —con la complicidad de Francia— por uno de sus más estrechos colaboradores, el coronel Blaise Compaoré, quien durante 27 años gobernó dictatorialmente el país.

El 24 de octubre del año pasado, una rebelión popular lo despojó del poder, dando lugar a un mandato provisorio en manos de Michel Kafando.

El pasado miércoles, un colaborador del ex dictador Compaoré, el general Gilbert Dienderé, arrebató la presidencia de Burkina Faso, tomando como rehenes al presidente y al primer Ministro. Este golpe de Estado es perpetrado para impedir las elecciones del domingo 11 de octubre.

Solidaridad con los hermanos africanos frente a este nuevo atropello de los cipayos sirvientes del colonialismo, en este caso francés (aunque François Hollande censure cínicamente el golpe).