DE AQUELLOS POLVOS, ESTOS LODOS

Tony Blair. George W. Bush.José María Aznar
Miguel Angel Ferrari 
miguelferrari@gmail.com

"Con los Ojos del Sur", columna de opinión emitida en "Hipótesis" el sábado 19 de agosto  de 2017. 

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Algunos oyentes quizás recuerden que una semana antes de la invasión a Irak, en 2003, el presidente estadounidense George W. Bush; su incondicional aliado británico, el premier Anthony Blair y el paje de la Corte, el jefe de Gobierno español, José María Aznar; se reunieron en la base luso-estadounidense de Lajes, en el archipiélago portugués de las Azores, para dar los últimos toques a esa ilegal, ilegítima y criminal invasión.


Aznar consideraba que la intervención estaba respaldada por las resoluciones que había dictado la ONU —consideración que no se correspondía con la realidad— y quiso que España estuviera en el primer plano de esa actuación para que, tal y como había resaltado en varias ocasiones durante su mandato, el país saliera del "rincón de la historia".

Algo así como el “volver al mundo” que pregona por estos pagos su amigo Mauricio Macri.

"España, en esta ocasión, estuvo donde tenía que estar y con los que tenía que estar", escribió años después en uno de sus libros el ex jefe de Gobierno español.

Vale decir, España —según Aznar— tenía que estar del lado de los invasores, de los genocidas que provocaron un millón de iraquíes muertos e innumerables heridos y desplazados. Tenía que estar del lado de quienes desestabilizaron todo el medio Oriente, cuyas consecuencias todavía se padecen y se padecerán por mucho tiempo.

Con esa soltura negligente de quienes luchan por la libertad… ¡de mercado!... el entonces referente del Partido Popular embarcó a España en una atroz aventura que hoy pagan las víctimas inocentes de la Rambla de Barcelona.

Pero esto, con ser mucho, no es todo.
España envió tropas a Afganistán y en la actualidad, según la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, su gobierno se halla estudiando la posibilidad de enviar más efectivos militares a ese país.

España —además—, como decíamos en la Apertura de Hipótesis, es el sexto exportador mundial de armamento pesado; factura 4.000 millones de euros anuales por exportación de sus productos bélicos y es uno de los principales fabricantes y exportadores de bombas de racimo y de minas antipersonales.

¿Qué son las bombas de racimo?

Las bombas de racimo contienen un dispositivo que, al abrirse, libera un gran número de pequeñas bombas. Estas sub-municiones causan diferentes daños, como perforar vehículos blindados con su carga explosiva o alcanzar y herir a la mayor cantidad de gente posible con sus fragmentos de metralla o comenzar incendios.

Existe una gran controversia sobre las bombas de racimo. Para empezar, son armas “de área”, es decir, pueden cubrir una gran porción de territorio, lo que puede causar daño indiscriminado.

Son también “tontas”, lo cual significa que al no contar con mecanismos de guía muy precisos, pueden errar el blanco.

Las bombas de racimo tienen un importante índice de error del 5 por ciento. Esto implica que muchas sub-municiones pueden no explotar pero, al igual que las minas terrestres, permanecen en el terreno como latas de bebidas arrojadas a la calle para detonar años más tarde.

España vende estos dispositivos de muerte, inclusive a países ampliamente reconocidos como represores de sus propios pueblos y/o interventores en otros países, tal el caso de Marruecos (uno de los principales compradores de armas españolas) que ocupa ilegalmente el territorio de la República Árabe Saharaui Democrática, a cuyos ciudadanos hostiga, reprime y mata.

Otros de sus clientes son:


Arabia Saudita, que en estos precisos momentos está agrediendo brutalmente a la República de Yemen, masacrando impiadosamente a su pueblo.

Colombia, Sri Lanka, Paquistán, Sudán y Tailandia, entre otros, son también compradores de material bélico español.

Respondiendo a las demandas de varias organizaciones defensoras de los derechos humanos, el Parlamento español aprobó en diciembre de 2007 la primera ley sobre el control del comercio exterior de material de defensa y de doble uso (Ley 53/2007). A pesar de los temores iniciales suscitados entre las empresas armamentistas, las medidas legales aprobadas para aumentar la transparencia en el comercio de armas no han afectado negativamente a sus exportaciones.

Mientras los gobiernos de derecha dóciles a los dictados del imperio y los grupos empresariales dedicados a lucrar con la vida de millones de personas, actúan sin importarle el destino de los pueblos, el ciudadano común está expuesto a los peligros que encierran esas políticas que no decidió.

A la hora de votar, sería bueno pensar en las consecuencias de las acciones de las clases dominantes.

Obviamente esto es válido también para nuestro país.

Esperemos que el “volver al mundo” del macrismo, no implique mandar fragatas al Golfo Pérsico, como en la época del virrey Carlos primero o tropas a Venezuela como le puede pedir Washington.

No sea cosa que los globos amarillos se vayan tornando negros.