Kylian Mbappé. Campeón del mundo de fútbol 2018 |
Por Ester Stekelberg
stekelberg@gmail.com"Contratapa", columna de opinión emitida en "Hipótesis" el sábado 21 de Julio de 2018.
La contra de hoy quiere contar lo que le ocurrió a
esta cronista, en las horas siguientes, en los instantes siguientes al triunfo
de Francia en la copa del mundo de futbol.
Le ocurrió a esta cronista, que una andanada de gente,
gente que conocía desde la noche de los tiempos en su gran mayoría, empezó a
enviarle, a través de redes, watsap y demás medios maravillosos de
comunicación, una andanada de mensajes que cabalgaban entre lo agresivo, lo
irónico, lo cínico, algo cargados de bronca, los hubo, sin dudas. Si lo pensara
en término de viñeta de algún historietista maravilloso, pongamos Quino (ya que
anda ese muchacho sobre el tapete estos últimos días, aclarando cosas que ni
falta hace que aclare, lo conocemos muy bien), diría que a esa andanada le
dibujó sobre sus cabezas un globo gris como una madeja enredada de hilos grises
oscuros y claros formando una nube que si no nubla el pensamiento, lo hace un
poco enrevesado.
Uno de los envíos, que se repitió en otros varios, era
la lista de los jugadores de la selección francesa, los negros,
específicamente, porque en la lista los jugadores blancos o los café con leche
no aparecían, seguidos de una bandera africana correspondiente al país de donde
eran originarios, sus padres o sus abuelos o bisabuelos tal vez (recordemos que
los jugadores negros son todos nacidos en Francia de hasta segunda generación).
Y la leyenda: “África campeón mundial de futbol. África ganó su primera copa
del mundo. Digan lo que digan los franceses, el esfuerzo de preparación que han
hecho, ha sido impresionante. Se pasaron todo el siglo XIX conquistando África
para poder ganar este mundial”. Hubo otros posteos, envíos y mensajes.
Todo esto dio origen a una discusión con un amigo francés,
Jean-Marc, que en el mail que me mandó, expresa: “lo de tu amigo que habla de
la victoria de África en la copa del mundo de futbol, es exactamente lo mismo
que dice el partido fascista italiano y sus fieles seguidores. Lo mismo que
dice la ultraderecha francesa lepenista y sus fieles seguidores. Donde tu amigo
ve el color de la piel, nosotros vemos deportistas”.
En este tema que me encantaría discutir con ustedes
compañeros, con quienes comparto no solo luchas, compromisos e ideología, sino
este fundamental espacio que es Hipótesis, --Miguel, Daniel--, nadie pierde de
vista el pasado y presente colonialista de Francia, como lo hemos dicho ya la
semana pasada en esta misma contratapa, tampoco olvidamos la escuela de la tortura.
Nuestra memoria es activa. Nadie pierde de vista que los franceses votaron a
quien votaron, nadie pierde de vista que
quienes huyen de la muerte, del hambre, de la pobreza, no solo africanos, atravesando
el Mediterráneo, no son los bienvenidos en el marco de las políticas
migratorias de este país.
¿Y?
Francia es multicultural, Francia es de todos los
colores, de todos los sabores y su paisaje cotidiano, el que cruzamos a cada
instante cuando vamos a la panadería, a la escuela, al café o al correo, es ese
paisaje multicolor que no asombra de ninguna manera porque de este paisaje está
hecho el país, más allá del racismo que existe, ¡obviamente!, como existe en
nuestra Argentina, hecha de italianos, españoles, turcos, árabes, polacos,
rusos que sin embargo con un racismo primario, reniega de los “cabecitas negras”
que se extiende a bolitas, a judíos, a gringos, a coyas, a brasucas y a los
negros que venden bijouterie en la esquina de Corrientes y Córdoba.