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El Papa Francisco ha producido un
verdadero milagro: muchos creyentes que en su momento se hallaban muy cómodos
con el Consenso de Washington y las “relaciones carnales”, se muerden los
labios para no hablar mal de él; en tanto que no pocos ateos y agnósticos que
rechazan el neoliberalismo, experimentan una extraña sensación de acercamiento
al jefe de la Iglesia Católica ,
impensable hace poco tiempo atrás.
“Con los Ojos
del Sur”, columna de opinión emitida el sábado 26 de setiembre de 2015.
Este fenómeno no se limita exclusivamente
al plano sensible o emocional. El teórico marxista cubano Fernando Martínez
Heredia, en su libro “En el horno de los noventa”, señala autocríticamente refiriéndose
a Cuba: “no se integró una visión marxista de los hechos religiosos en función
de y regida por una formación teórica y unas prácticas revolucionarias
radicalmente anticapitalistas. Esa integración le hubiera dado a los
socialistas (Martínez Heredia se refiere a los verdaderos socialistas) sensibilidad
e intuiciones —que son fundamentales para abrir campo a nuevos conocimientos
sociales— y les hubiera permitido aprovechar los instrumentos científicos de
Marx para entender como nadie a la fe religiosa y darle su lugar en la lucha
anticapitalista. Esto es, tener una política propia y revolucionaria. Sin ella,
la fe y las prácticas religiosas resultaron víctimas de la animadversión y
asociadas en bloque al capitalismo”.
Es, desde la verdadera contradicción
principal: defensa o condena a una sociedad injusta, que se debe analizar el
papel fundamental que en estos momentos está jugando el Papa Francisco.
Escuchemos este breve editado de su
intervención ante la Asamblea General
de las Naciones Unidas en Nueva York…
Audio con la voz del Papa Francisco
Estos breves fragmentos del mensaje del
Papa Francisco ante la
Asamblea General de las Naciones Unidas, son solo una pequeña
muestra de una nueva mirada vaticana en estos tiempos de terrorismo de Estado,
de guerras imperiales, de depredación de la Madre Tierra , de voraz
acumulación por desposesión, de buitres y halcones.
Cuando —como escuchamos en este editado—
el Papa exhorta a “la no sumisión asfixiante… a sistemas crediticios, que lejos
de promover el progreso someten a las poblaciones a mecanismos de mayor
pobreza, exclusión y dependencia”, está marcando claramente a los responsables
principales de la globalización de la miseria y la concentración de las
riquezas.
La severa crítica al funcionamiento de las
Naciones Unidas y el llamado al sincero respeto por la Carta de la ONU , son un enorme toque de
atención a la ininterrumpida manipulación operada por los gobiernos del llamado
Primer Mundo.
En este punto, no se puede menos que
pensar en las innumerables violaciones a las resoluciones de este alto
organismo internacional, en las que incurre sistemáticamente el Estado de
Israel con la complicidad de su socio estadounidense.
Otro de los pasajes sustanciales del
mensaje papal, es el que tiene que ver con las armas nucleares. Francisco
señala textualmente: “hay que empeñarse por un mundo sin armas nucleares,
aplicando plenamente el Tratado de No Proliferación en la letra y en el
espíritu, hacia una total prohibición de estos instrumentos”.
En este punto, el Papa alude —sin
nombrarlo— al artículo 6º del mencionado tratado, que explícitamente
puntualiza: “Cada parte en el Tratado se compromete a celebrar negociaciones de
buena fe sobre medidas eficaces relativas a la cesación de la carrera de
armamentos nucleares en fecha cercana y al desarme nuclear, y sobre un tratado
de desarme general y completo bajo estricto y eficaz control internacional”.
El artículo 6º habla de avanzar en el
desarme nuclear en fecha cercana. Debemos recordar que dicho tratado se abrió a
la firma de los estados el 1º de julio de 1968… hace más de 47 años…!
Los estados que obligan a terceros estados
a no poseer armas nucleares, no tienen ninguna autoridad moral, puesto que hace
casi medio siglo que incumplen con el mencionado artículo sexto.
Que la Iglesia Católica , en la figura
del Papa Francisco, asuma este rol de defensa de los excluidos y de lucha por
la paz, se constituye en un enorme paso adelante en la necesaria resistencia a
este proceso descivilizatorio que ha emprendido el capitalismo en esta etapa
senil.
Etapa senil cuya duración —difícil de
pronosticar— dependerá de la conciencia y de la correspondiente lucha de todos
los pueblos del mundo.
“El capitalismo mata de muchas maneras.
Solo algunas de ellas están penadas por la ley” (Bertolt Brecht).