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Hace unas horas, las calles de Paris y de muchas otras
ciudades, —grandes y menos grandes—de Francia, se llenaron con todos los colores
de piel que existen en el mundo. En todos los idiomas posibles, pero al
unísono, se gritó, se exigió y se cantó por la libertad de circulación... de
cara a la estigmatización xenófoba de la derecha y también de cierta izquierda
europea, que pretenden cerrar las fronteras.
“Contratapa”,
columna de opinión emitida en “Hipótesis” el domingo 4 de octubre de 2015.
Un clásico, decimos.
Frente a expresiones como “nos están invadiendo”, “nos
quieren cambiar las costumbres, la religión”, “son yihadistas ocultos detrás de
disfraces de refugiados”, más de un centenar de organizaciones sociales,
políticas, ONGs, organismos de DDHH, entre los que se encuentran: IJAN,
Colectivo de Sin Voces, NPA, Red Educación sin Fronteras, Unión nacional de
indocumentados, CGT, Unión de judíos por la Paz y
muchísimos más, contestaron lanzando un llamamiento para marchar este domingo en cada rincón en
donde la solidaridad está presente, activa y militante.
El llamamiento que circuló esta semana, explicaba que
“Las recientes olas de migrantes y los dramas que estos seres humanos sufren en
las fronteras de Europa, provocan un movimiento de indignación. Las guerras en
Medio Oriente y en África, obligan a partir a millones de personas. Algunos
miles tratan de llegar a la
Unión Europea para encontrar refugio, un lugar en donde vivir
y trabajar. Sería imposible olvidar la responsabilidad que tienen las potencias
occidentales en el caos de las zonas concernidas por el éxodo. Las
intervenciones militares y las políticas de libre cambio, las principales
causantes del desastre”
“En Francia las condiciones con que el país recibe a
los migrantes, son indignas. Mujeres y hombres se ven obligados a dormir en la
calle, sin cuidados, burlados sus derechos fundamentales. Frente a estas
situaciones trágicas, las solidaridades se multiplican. Sin embargo, aún
loables, no alcanzan para responder a un problema que es ante todo político”
“La principal respuesta de Europa es la militarización
de sus fronteras. Decimos que el cierre de las fronteras es un acto criminal y
que frente a esta situación, la única solución es abrirlas”
El llamamiento concluye:
“No importa el nombre que se les da: refugiadas y
refugiados, migrantes, indocumentadas e indocumentados, exigimos iguales
derechos para todas y todos. Permiso de residencia, acceso a cuidados y alojamiento. Y
frente a la urgencia de la situación: abramos las fronteras, libertad de
circulación para todas y todos”